El movimiento retrógrado de los planetas es aparente, pero en la antigüedad se pensaba que era real. El modelo de universo de Ptolomeo, con sus ciclos y epiciclos, intentaba dar cuenta de esos movimientos.
Tal vez sea conveniente señalar que Ptolomeo nunca dudó de la esfericidad terrestre. Consideraba que la Tierra se encuentra situada en el centro del Universo y el sol, la luna y los planetas giran en torno a ella arrastrados por una gran esfera llamada "primum movile", mientras que la Tierra es esférica y estacionaria. Las estrellas están situadas en posiciones fijas sobre la superficie de dicha esfera.
También, siempre según la teoría de Ptolomeo, el Sol, la Luna y los planetas están dotados además de movimientos propios adicionales que se suman al del primun movile. Afirmaba que los planetas describen órbitas circulares llamadas epiciclos alrededor de puntos centrales que a su vez orbitan de forma excéntrica alrededor de la Tierra.
Pero luego se produjo una revolución científica con Copérnico, uno de los astrónomos más importantes de la Historia, con la publicación en 1543 del libro "De Revolutionibus Orbium Coelestium".de la teoría heliocéntrica, que ya había sido propuesta originalmente por Aristarco de Samos en el Siglo III aC. (mucho antes de que existiera la NASA!) gracias a la cual se podían explicar esos movimientos como una ilusión y no como algo real. Con la llegada de la teoría heliocéntrica se explicó dicho movimiento retrógrado con las posiciones de los planetas en sus órbitas alrededor del sol.
En la siguiente animación del movimiento de la Tierra y Marte podemos ver que parece que Marte retrocede, aunque no lo hace. La parte superior del gráfico es lo que se percibe en el cielo (un bucle), la parte inferior es lo que objetivamente ocurre.
Volviendo a Rowbotham, el mayor fallo en su "explicación" es colocar a la tierra fuera del sistema. Tal cosa no tiene absolutamente ningún sentido, ni siquiera en el sistema geocéntrico; utilizando su propia analogía, el observador debería estar ubicado en el interior de su pista de caballos. Si lo hubiera hecho, habría tenido un verdadero problema para explicar el movimiento retrógrado de los planetas
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