martes, 7 de mayo de 2019

Astronomía Zetética (S. Rowbotham) Capítulo XIV: Asar ganso con fuego rotatorio.

Asar ganso con fuego rotatorio.

Como ejemplo del dilema lógico producido por la teoría y la falsa doctrina, se puede mencionar que cuando se demuestra por la evidencia más directa y práctica de que la Tierra está estacionaria, y que el Sol y las estrellas se mueven sobre su superficie en caminos concéntricos, de inmediato, e independientemente de todas las consideraciones, excepto la defensa de la opinión y la hipótesis, se pone el grito en el cielo. ¿850.000 millas (1.397.650 km) de diámetro, deberían girar en torno a una simple mota como la tierra? Si, al asar un ganso, clavamos firmemente el espeto en el suelo mientras el fuego se las apaña para dar vueltas a su alrededor, ¿No sería una locura un hecho semejante? ¿Y el gran sol que gira alrededor de la pequeña e insignificante tierra no sería tan tonto e improbable? El autor de un folleto recientemente publicado avanza el tema un poco más sabiamente, quizás, en las siguientes palabras:
"Es cierto, a partir del cambio en la apariencia de los cielos estrellados en diferentes estaciones del año, que el sol se mueve alrededor de la tierra una vez en doce meses, o la tierra alrededor del sol. Después de lo que hemos averiguado de la enorme magnitud del sol en comparación con la tierra, 850.000 contra menos de 8.000 millas, estaremos preparados para admitir que es infinitamente más razonable que la pequeña y oscura Tierra se mueva alrededor del gran y glorioso sol, que el de que ese magnífico y auto-luminoso globo debe girar alrededor de nuestro pequeño, y Comparativamente insignificante, planeta. Sería, según el antiguo símil hogareño, hacer que toda la chimenea, la cocina y la casa giren en torno a la carne ".
Otro escritor (Arago) dice:
"“En primer lugar, al comparar la tierra no podríamos hacerlo simplemente con los otros globos de nuestro sistema solar sino con la infinidad de estrellas que, como hemos visto, no son más que otros soles al menos tan grandes como el nuestro, y probablemente sean el centro de sus propios sistemas planetarios. Debemos admitir que, de ser así,  la tierra no es más que un punto imperceptible cuando la comparamos con estas enormes masas y sin ninguna duda seria absurdo que un átomo fuera el centro rodeado de tal cantidad enormes esferas que circulando a su alrededor. Nuestro asombro aumentaría enormemente si pensamos en la increíble velocidad a la cual esos cuerpos deberían moverse para describir, en tan corto lapso de tiempo, tales círculos inabarcables, y como la velocidad debe aumentar con la distancia, sería necesario admitir que la tierra atrae a todas las estrellas con una fuerza mayor cuanto mayor es la distancia que la separa de ellas. Debemos por tanto abandonar una noción que nos conduciría a tales conclusiones y cuestionarnos a nosotros mismos si esta aparente revolución de los cielos podría ser el efecto de una ilusión de nuestros sentidos. De este modo somos conducidos a suponer que es la tierra la que se mueve, y siendo esta suposición admitida, el fenómeno será explicado de manera lógica y sencilla”..
El único argumento contenido en los comentarios anteriores es el que se basa en la analogía y la probabilidad. Ciertamente, parecería muy tonto, y contrariamente al genio creativo y la consistencia para hacer un cuerpo de 850.000 millas (1.397.650 km) de diámetro, y, a una distancia de 91.000.000 de millas (146.419 km), moverse alrededor de un objeto de 8.000 millas (12.872 km) de diámetro, simplemente con el propósito de darle luz y calor, y causando día y noche. Pero cuando se demuestra que tal distancia y magnitud son puramente extravagantes, que el sol está a solo unos cientos de millas de la tierra y, por lo tanto, es el objeto más pequeño, todas esas nociones de mal gusto y tales razonamientos falsos deben caer al suelo.


Como bien señala el autor del libro, es muy poco práctico hacer girar toda la casa alrededor de la infortunada ave para asarla. El caso es que Rowbotham parte decididamente desde al idea de que todo es parte de un diseño, y arriba a la conclusión de que no es lógico que un sol tan enorme gire alrededor de un cuerpo tan pequeño como nuestra tierra, por lo que descarta completamente la idea, asumiendo que el sol no es tan grande y sostiene, tramposamente,  que está "demostrado" que la tierra es estática y, en consecuencia, el sol está muy cerca y que es pequeño.

Al partir desde una premisa falsa, obtiene conclusiones equivocadas. Utilizando como punto de partida una tierra estática en un contexto geocéntrico, sin detenerse ni por un momento a considerar la posibilidad de que tal premisa sea incorrecta, solo puede llegar a un resultado erróneo.

Lo que es incomprensible es que en la actualidad haya cierto número de personas que se aferren a las afirmaciones completamente obsoletas de este libro, y que pretendan utilizarlo para respaldar sus creencias acerca de que todo lo que la ciencia nos ha enseñado -y nos ha mostrado- es falso; todo en nombre de una fabulosa conspiración en la que interviene media humanidad para ocultarle la verdad a la otra mitad, a través de los siglos.


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