¿Cuántas veces nos hemos encontrado con rutas aéreas que solo “tendrían sentido” en una Tierra plana?
El problema de las distancias y las rutas siempre se aborda desde un punto de vista incompleto, presentando casos puntuales en los que nunca se tienen en cuenta todas las variables. En ésta entrada lo analizaremos desde un punto de vista general, es decir, para cualquier caso posible y con las variables relevantes. Para eso haremos uso de una nueva herramienta del blog, pero primero, veamos algunos conceptos y explicaciones previos.
Rumbo
Por “rumbo” se entiende la dirección y el sentido por el que nos movemos en un camino, teniendo una referencia. Coloquialmente, cuando decimos “ponemos rumbo hacia tal lado” queremos decir que nos dirigimos hacia ese lugar. En navegación el rumbo suele expresarse como el ángulo en sentido horario con respecto al norte. Por ejemplo, si nos movemos al este, estamos siguiendo un rumbo de 90°. un camino sur-oeste tendrá rumbo 225°.
Mapas y rutas loxodrómicas
Los mapas son representaciones del territorio, con la particularidad de que hay una relación matemática entre lo que se representa y lo representado. No es solamente un dibujo sino que también tiene una métrica.
La elaboración de mapas en ese sentido tenían por supuesto un propósito: no solo tener una idea aproximada de la forma de ese territorio sino también conocer su extensión, la dirección precisa en la que se encontraba una localidad o la distancia entre poblados.
Históricamente, uno de los primeros mapas que se inventaron como tal, es decir, no sólo como un simple dibujo del territorio sino como una representación en la que había una correspondencia matemática, fueron las proyecciones cilíndricas. En éste tipo de proyecciones los meridianos y paralelos forman un entramado en el que las líneas son perpendiculares entre sí. Éste tipo de mapa era muy útil para viajar, ya que si se traza una línea entre una ubicación y un destino se puede ver que el rumbo es constante. La línea trazada corta los meridianos con el mismo ángulo, por lo que el camino tiene siempre la misma dirección con respecto a una referencia como una estrella particular o el norte que marca una brújula.
la ruta desde “A” a “B” corta los meridianos con el mismo ángulo
Durante siglos se navegó con ésta metodología a la que se llamó navegación loxodrómica (“loxo” viene del griego que significa “oblicuo”, por la línea representada en el mapa) creyendo que era la ruta óptima entre dos puntos, y ésto tenía una cierta lógica: si los mapas representan el mundo, y el camino más corto entre dos puntos de un plano es una recta, entonces una recta en un mapa representa el camino más corto.
Sin embargo se siguieron desarrollando distintos tipos de proyecciones cilíndricas ya que las rutas se aproximaban a una línea recta pero sin llegar a ser propiamente rectas, lo que se resolvió finalmente con los mapas de Mercator. Apenas unos años más tarde, el matemático portugués Pedro Nunes publica su “Tratado de la navegación” en el que hace notar que una línea loxodrómica no puede ser el camino más corto entre dos puntos de la Tierra. En particular, no se puede circunnavegar el globo siguiendo una loxodrómica: cuando se navega siguiendo un rumbo constante (distinto de perfectos 90° o 270°, este u oeste), la ruta se acerca en forma de espiral a uno de los dos polos y se queda dando infinitas vueltas sin llegar nunca a tocarlo.
Rutas ortodrómicas
En geometría se conoce como “geodésica” a la línea más corta que une dos puntos en una superficie dada. La aplicación inmediata del estudio de geodésicas es la navegación marítima o aérea en la que se recorren grandes distancias y se necesita optimizar recursos como tiempo y combustible.
El ejemplo más simple de una línea geodésica es la línea recta que une dos puntos en una superficie plana y que es el camino más corto posible. El camino más corto entre dos puntos en una superficie cilíndrica es un tipo de hélice. En una superficie esférica, todos los caminos entre dos puntos son arcos de circunferencia, pero el camino más corto será el arco de circunferencia de menor longitud, que coincide con el arco de un círculo máximo.
Un círculo máximo, también conocido como gran círculo, es la máxima circunferencia que se puede obtener de la intersección de un plano y una esfera, y eso ocurre cuando el plano pasa por el centro de la esfera. Una esfera tiene infinitos círculos máximos dependiendo de la orientación del plano, pero dados dos puntos en la superficie de la esfera, solo hay un solo círculo máximo que contenga a esos dos puntos y además el centro (tres puntos no alineados determinan un único plano).
Curiosidad: cuando los puntos en la esfera son antipodales (cuando son diametralmente opuestos) hay infinitas arcos de círculo máximo que los unen. Todos de 180° y todos con la misma longitud que será pi multiplicado por el radio de la esfera. En el planeta Tierra, lo máximo que nos podemos alejar desde donde estemos son unos 20000 km, justo en las antípodas.
En general, dada una superficie cualquiera, las matemáticas demuestran que la línea más corta que une dos puntos de esa superficie es la línea que tiene menor curvatura. Es por eso que coloquialmente se dice que el camino más corto en cualquier superficie es la línea “más recta”.
Resulta entonces natural que en una superficie esférica la línea geodésica siga un arco de círculo máximo, ya que de todas las circunferencias posibles, el círculo máximo es el de menor curvatura.
La ruta más corta entre dos puntos de la superficie terrestre se conoce como “ortodrómica”.
Una particularidad de las rutas ortodrómicas es que cambian el rumbo constantemente, algo que en la práctica es imposible de conseguir, caso contrario a lo que ocurre en una ruta loxodrómica en la que el rumbo es constante y es mucho más fácil de seguir. La diferencia de longitud entre una y otra es mínima, pero crece a medida que las distancias a recorrer son más grandes. Así que en la práctica, una solución efectiva es seguir una loxodrómica cuando las distancias son relativamente cortas ya que la economía es poca, y cuando las distancias son más largas, se traza una ortodrómica que se divide en muchos pequeños trayectos loxos, de ésta manera se va cambiando de rumbo cada cierto tiempo y el recorrido total se aproxima a una ruta ortodrómica. De ésta manera la navegación ortodrómica y loxodrómica siguieron (y siguen) coexistiendo a pesar de que la ruta óptima es la ortodrómica.
curva ortodrómica dividida en tres trayectos loxos.
Aún cuando hoy existen GPS, computadoras y sistemas automatizados, sigue siendo prácticamente imposible seguir una ruta ortodrómica perfecta, y ésto no solo porque sea una cuestión de ir cambiando de rumbo, sino porque las rutas dependen de otros factores como el clima, el tráfico, las derivas por vientos o corrientes marinas en el caso de la navegación marítima, o normas de seguridad como ETOPS que obligan a aviones a volar dentro del radio de un aeródromo. Así que en la práctica casi nunca se sigue una ruta ortodrómica perfecta, pero se trata de aproximar lo mejor posible.
Las normas ETOPS obligan a volar cerca de aeródromos
El vuelo real no siempre coincide con la ruta óptima.
Rutas “flatdrómicas”
Las rutas “flatdrómicas” no existen más que en el contexto de una supuesta Tierra plana: representa la ruta óptima en una supuesta Tierra plana. En una Tierra plana, la ruta entre dos puntos cualquiera debería ser una línea que se aproxime lo más posible a una recta. El cálculo de ese tipo de trayectoria es muy fácil ya que ocupa una simple trigonometría plana. En cambio las loxodrómicas y ortodrómicas (por recorrer una superficie esférica) se calculan con trigonometría esférica.
Asumiendo un valor cualquiera para el radio de lo que sería ese disco plano se puede también llegar muy fácil a la relación entre esas distancias y el tamaño de la “Tierra plana”, por lo que es posible establecer una matemática general que describa todas las posibles rutas para cualquier ubicación posible.
En la siguiente figura puede verse a simple vista lo que sería un vuelo entre Buenos Aires y Johannesburgo. Aún cuando no se han dado valores de distancias puede verse que el rumbo inicial del avión sería marcadamente noreste, de unos casi 30°. En la práctica el rumbo inicial es de unos 110° (sureste). Una diferencia enorme de 80° que resulta imposible de conciliar con la realidad.
En una supuesta Tierra plana, la ruta entre Buenos Aires y Johannesburgo sería muy parecida a la línea amarilla.
La aplicación
La aplicación calcula rutas entre puntos dados mostrando las correspondientes trayectorias, distancias y rumbos. Las rutas calculadas se muestran sobre el globo terráqueo y también sobre un tipo de mapa circular que es una proyección acimutal equidistante polar, lo que sería el supuesto “mapa de la Tierra plana”.
Las rutas entre cada modelo (el globo terráqueo y el plano) se corresponden punto a punto, quiere decir, que las rutas atraviesan las mismas locaciones en los dos mapas.
Se muestran tres tipos de rutas:
Ortodrómica representada como una línea verde.
Loxodrómica representada como una línea roja.
“Flatdrómica” representada como una línea amarilla.
Incluso habrá casos en los que coincidan aproximadamente tanto en globo como en plano como en la realidad. Por ejemplo alguna ruta en el hemisferio norte en el que los mapas acimutales centrados en el polo norte no tienen distorsión. También alguna trayectorias norte-sur: en particular si trazamos una trayectoria cualquiera siguiendo un meridiano veremos que todas coinciden en distancia, rumbo y duración. Ésto es así porque en realidad el “mapa” de la Tierra plana es en realidad un mapa acimutal EQUIDISTANTE de una Tierra esférica en el que las líneas radiales que son los meridianos que equidistan justamente al centro de la proyección que es el polo norte.
Grandioso! Mucho trabajo y muy elaborado!
ResponderBorrarAprovecho para poner los videos donde hablo sobre este tema:
Demostré personalmente que las rutas por donde vuelo son rutas ortodromicas, solo posibles en una esfera
https://youtu.be/TsuC1nla-IM
https://youtu.be/z1DqIgoQ5SI
https://youtu.be/C3mYChc08w8
Gracias! Muy buenos los videos!
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