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jueves, 29 de septiembre de 2016

Refutación 16 a 18 a las "200 Pruebas de que la tierra no es una esfera que gira"

Prueba 16 - El experimento conocido como "El fracaso de Airy" demostró que las estrellas se mueven en relación a una Tierra estacionaria y no al revés. Al llenar un telescopio con agua para reducir la velocidad de la luz en el interior, a continuación, se calcula la inclinación necesaria para obtener la luz de las estrellas directamente por el tubo, Airy falló en probar la teoría heliocéntrica ya que la luz de las estrellas estaba entrando en el ángulo correcto sin cambios necesarios, y en su lugar el modelo geocéntrico resultó correcto.



Prueba 17 "La paradoja de Olbers" afirma que si hubiera miles de millones de estrellas que son soles del cielo nocturno, este estaría lleno completamente iluminado. Como dijo Edgar Allen Poe, "Si fuera interminable la sucsción de estrellas, entonces el fondo del cielo se nos presentaría con una luminosidad uniforme, y no podría existir ningún punto luminoso, por lo que no existiría una estrella." La Paradoja de Olbers no es más paradojal que el experimento conocido como el "Fracaso de Airy"




Prueba 18 Los experimentos de Michelson-Morley y Sagnac intentaron medir el cambio en la velocidad de la luz debido al movimiento de la Tierra asumido por el espacio. Después de haber medido en todas las diferentes direcciones posibles en varios lugares, no lograron detectar algún cambio significativo, demostrando una vez más el modelo geocéntrico estacionario.




Refutación:
Al momento de esos experimentos, una de las teorías predominantes de la naturaleza de la luz fue que se requería de un medio (como el sonido que requiere un medio para propagarse) a través del cual esta podía viajar. Se pensaba que la luz, en tanto fenómeno ondulatorio (No tomando en cuenta la luz como partícula), debía propagarse necesariamente como una perturbación en un medio. Ese medio era el éter luminífero. Ambos de estos experimentos estaban tratando de determinar los efectos del éter en el movimiento de la luz, por un proceso teórico llamado arrastre del éter (Aether drag hypothesis). El experimento de Airy mostró que no hay éter siendo arrastrado por la Tierra (y los objetos en general que viajan por el espacio).

Establecido esto, la pregunta es: ¿Cuál es el estado de movimiento de la Tierra con respecto al éter luminífero? Esto es importante porque de este movimiento dependen las mediciones de la velocidad de la luz. De manera que tanto el experimento de Airy, como el experimento de Michelson Morley, como el de Fizeau, y seguramente muchos más, tratan sobre el movimiento con respecto al éter, Y SOLAMENTE MOVIMIENTO RESPECTO AL ETER

El movimiento es un concepto relativo, uno no puede decir que un cuerpo se mueve sin aclarar con respecto a qué. Ahora, uno podría decir que el movimiento respecto al éter representa movimiento absoluto, podría ser, pero finalmente se refiere al éter.

Ahora bien: En el experimento de Michelson-Morley la velocidad de la luz medida en las dos direcciones ortogonales del interferómetro fue la misma. Esto se interpretaría como que la Tierra está en reposo respecto al éter, es decir, que en su movimiento el planeta "arrastra" al éter consigo. Pero este resultado es inconsistente con el fenómeno de aberración, que requiere inclinar un poco el telescopio para observar la luz que llega de una estrella sobre la vertical, puesto que si la Tierra no se moviese respecto al éter esta inclinación no haría falta.      



El primer paso a salvar esta inconsistencia lo dio Lorentz, quien pensó en un éter estático que todo lo permea, pero que es tal que las longitudes se contraen y los tiempos se dilatan dependiendo del movimiento con respecto a él. Suena raro, pero esta idea le permitió hacer cálculos que explicaron todos los fenómenos simultáneamente. La solución final la dio Einstein, quien se dio cuenta que no hace falta algún éter como medio para que la luz se propague.

El experimento de Michelson-Gale-Pearson (1925) es una versión modificada del experimento de Michelson-Morley y del dispositivo de Sagnac. Mide el efecto Sagnac debido a la rotación de la tierra, por lo que sirvió para poner a prueba las teorías de la relatividad especial y del éter luminífero en un sistema de referencia con la Tierra en rotación.

El experimento de Michelson-Morley demostró que la Tierra no está volando a través del éter estacionario. En cualquiera de los casos, los experimentos no demuestran que la Tierra no se mueve, sino que no hay éter y los resultados nulos para ambos casos se puede explicar con la relatividad especial. De hecho, hay incluso una cantidad medible de aberración en la ubicación de las estrellas que varía entre +/- 20 segundos de arco a través del transcurso de un año, dependiendo del lugar donde la Tierra está en su órbita, que nos da evidencia de que la Tierra está, de hecho, en movimiento.

Fuentes e información https://arxiv.org/ftp/arxiv/papers/1401/1401.5585.p


Respecto de la Paradoja de Olbers (Prueba 17), lo primero que debemos señalar, es que la paradoja parte de una premisa falsa. Esta explicación señala en términos sencillos que una cosa es que el número de estrellas en el universo sea "indeterminado" y otra (muy diferente) es que sea "infinito", postulando, en definitiva, que el número de estrellas es finito.

No obstante,  Existen explicaciones complementarias.

Hay que contar la enorme cantidad de objetos que son opacos o que absorben en parte las radiaciones (como las nubes de gas) y que pueden estar situados en nuestra línea de visión hacia esas estrellas. Incluso si consideráramos que hay un número infinito de estrellas, también hay que considerar un número infinito de objetos opacos entre ellas. Sin embargo, si estos objetos opacos absorben energía tendría que estar calentándose continuamente, y por lo que sabemos todas las formas de materias conocidas al calentarse empiezan a reemitir energía electromagnética, por lo que esta solución no resuelve realmente la paradoja.

Por otra parte, dentro de la teoría general de la relatividad existen dos hechos que resuelven la paradoja de Olbers: 
  • Si el universo lleva existiendo una cantidad finita de tiempo (como sugiere la teoría del Big Bang), entonces solo la luz de una cantidad finita de estrellas ha tenido tiempo de llegar a nosotros, por lo que la paradoja desaparece. Además como la luz tiene una velocidad finita y el universo unos 13.800 millones de años, solo vemos estrellas situadas a menos de 13.800 millones de años luz lo cual constituye una región finita del universo.
  • De modo alternativo, si el universo se está expandiendo, y las estrellas más distantes se alejan de nosotros (lo que también aparece en la teoría del Big Bang), entonces su luz sufre un corrimiento al rojo. Este corrimiento al rojo disminuye la intensidad de la luz, de nuevo resolviendo la paradoja, ya que dicho corrimiento implica según la fórmula de Planck una reducción de la energía con la que viaja la luz y por tanto una atenuación de la intensidad por debajo de la esperada según la ley de la inversa del cuadrado en un universo estático. Esta reducción de la contribución de las galaxias distantes explicaría la oscuridad del cielo.
Cualquiera de los dos efectos por sí solo funcionaría, pero, de acuerdo con la teoría del Big Bang, ambos están sucediendo al mismo tiempo, aunque el tiempo finito tiene un efecto más importante en la resolución de la paradoja. Algunos ven la existencia de esta paradoja como prueba de la teoría del Big Bang.

Incluso sin la teoría del Big Bang, puede establecerse que la edad del universo es finita a través de una evaluación matemática de la cantidad de hidrógeno existente. Si se supone que la cantidad de masa en las estrellas, dividido por la cantidad total de masa en el universo es distinto de cero, tras un cierto período alguna estrella habrá convertido demasiado hidrógeno en helio (o un elemento más pesado) para continuar su fusión nuclear. De ahí se sigue que la cantidad de hidrógeno transformada en helio por unidad de tiempo en una estrella cualquiera, dividida por la masa de la estrella, es distinto de cero.

Si esto se combina con la afirmación anterior, puede concluirse que la cantidad de hidrógeno convertido en helio por todas las estrellas dividida por la masa del universo es distinto de cero. No se conoce ningún proceso que pueda convertir elementos más pesados en hidrógeno en la cantidad suficiente, y si existiese, seguramente violaría la segunda ley de la termodinámica. Por ello, el tiempo necesario para que las estrellas conviertan todo el hidrógeno del universo en helio es finito, y no revertirá a su estado inicial. Después, solo estrellas capaces de consumir elementos más pesados seguirán existiendo (y se consumirán cuando alcancen el hierro, algo conocido como la muerte térmica del universo). Esto todavía no ha sucedido, así que, o el universo tiene una edad finita, ha sufrido grandes cambios a lo largo de su historia, o bien existe un proceso desconocido (del cual no tenemos pruebas directas) que produce hidrógeno para mantenerlo funcionando.


Refutación 13 y 14 a las "200 Pruebas de que la tierra no es una esfera que gira"

Prueba 13 - En un experimento francés del siglo XIX dirigido por MM Biot y Arago, una potente lámpara con buenos reflectores se colocó en la cima del Desierto de Las Palmas, en España y en condiciones de ser visto todo el camino desde Camprey en la isla de Ibiza. Dado que la elevación de los dos puntos son idénticos, y la distancia a cubrir es de casi 100 millas, si la Tierra fuera una esfera de 25,000 millas de circunferencia, la luz debería haber estado más de 6600 pies, una milla y un cuarto, por debajo de la línea de visión! 

Prueba 14 El teniente coronel Portlock experimento utilizado luces de oxi-hidrógeno y helióstatos de Drummond para reflejar los rayos del sol a través de las estaciones establecidas a través de 108 millas de Canal de San Jorge. Si la Tierra fuera en realidad una esfera de 25,000 millas de circunferencia, la luz de Portlock debería haber permanecido oculta bajo una milla y media de curvatura. 



Refutación:
Estamos teniendo algunos problemas con los detalles de estas pruebas. 

En primer lugar, qué o quién es MM Biot? Lo que se ha podido verificar es que Jean-Baptiste Biot trabajó con Arago en España y es probable que a él se refiera el Sr. Dubay aunque no queda claro por qué se refiere a MM cuando su nombre era Jean-Baptiste. 

La siguiente cuestión, que va más hacia el argumento mismo, es que no proporciona la elevación de los dos puntos. No fue posible hallar Camprey en Ibiza; por otra parte, encontramos que la altura de la cima del Desierto de las Palmas es: 729 metros, o 2390 pies en el pico Bartolo.

Esto nos lleva al problema número 3: No hay ningún lugar en la isla de Ibiza que alcance esta altura ni que se acerque a los 729 metros de altura como el punto más alto de la isla, El Sa Talaia, apenas llega a los 475 metros, o 1558 pies, de altura. 

Dejando lo antedicho de lado debemos señalar que:
  1. Hay que dejar bien claro que usar un rayo de luz convencional no es ni apropiado ni concluyente. para que fuera concluyente tendría que hacerse con un haz coherente de luz (definir en este punto que es un láser) y realizar este experimento en el vacío, dado a que las partículas en el ambiente también refractan y reflejan la luz. 
  2. Se debe explicar exactamente cuántos grados de apertura (del rayo) genera la fuente. luminarias teatrales llamadas elipsoidales nombradas así por la forma del reflector que está detrás de la bombilla y un cañón largo permiten regular la apertura desde 45 hasta 15 grados.

Cualquier persona que se encuentre dentro del cono de luz al ver hacia la fuente tendrá la impresión de que la luz le apunta directo hacia ella aunque no sea así.

La atmósfera, a causa de la reflexión que en sus moléculas experimenta la luz marchando después en todas direcciones, es el origen de los fenómenos de iluminación tal como estamos acostumbrados a observarla en la superficie de la Tierra. A no ser por el aire, el transito del día a la noche sería instantáneo, el de las porciones iluminadas a las sumergidas en las sombras completamente brusco; no existiría el claroscuro.

La mayor parte de lo expuesto aplica también para la Prueba 14.

Este post fue posible gracias al asesoramiento y material brindados por el ing. E. Delgadillo

miércoles, 28 de septiembre de 2016

Existe la Antártida?

Nadie discute la existencia del polo norte. Sin embargo, los terraplanistas descartan de plano la existencia de un polo sur ubicado en el centro de Antártida. De hecho, descartan la existencia de esta como un continente, sino que para ellos representa "el muro de hielo" que rodea a todo el mundo y es el contenedor del mundo.


Mal que les pese, La Antártida existe y ha sido explorada desde hace muchos años. Varios países tienen bases permanentes allí.

Esta es la historia de esa exploración. (basado "Explorando la Antártida" de mi blog "El Kronoscopio")

La historia de la Antártida es la historia de los últimos grandes exploradores de nuestro planeta. Este continente, el último descubierto por el hombre, estuvo reservado durante años sólo a unos pocos aventureros, hombre llenos de coraje e ilusión dispuestos adentrarse en el último sector desconocido del planeta.
“Se buscan hombres para viaje peligroso. Bajos salarios. Frío extremo. Largos meses de completa oscuridad. Peligro permanente. Regreso sano dudoso. Honor y reconocimiento en caso de éxito”.
Así cuenta la historia que Ernest Shackleton, uno de los más grandes íconos de la exploración Antártica, convocó a los miembros de una de sus odiseas polares.

Los viajeros que cruzaban el Cabo de Hornos frecuentemente se encontraban con vientos en contra y eran llevados al sur hacia cielos nivosos y mares con hielo; sin embargo ninguno de ellos hasta 1770, que se sepa, habría alcanzado el círculo polar. La historia del descubrimiento de tierra en los 64° S por Dirk Gerritz a bordo del Blijde Boodschap en 1599 fue mostrado como el resultado de un malentendido de un relator, Kasper Barlaeus, en 1622. Una historia similar de un avistamiento de "montañas cubiertas de nieve" más allá de los 64° S en 1603 fue relatada por el español Gabriel de Castilla. Existe controversia acerca de si las Georgias del Sur fueron avistadas en 1675 por La Roche.


Puede decirse con certeza que todos los navegantes que llegaron a los hielos del sur hasta 1750 lo hicieron involuntariamente al ser desviados de sus cursos. Una excepción puede hacerse quizás en favor del viaje de Halley en el HMS Paramour para investigaciones magnéticas en el Atlántico Sur cuando se encontró con los hielos en los 52° S en enero de 1700; pero ésa fue su latitud más austral. Un determinado esfuerzo de parte del oficial naval francés Pierre Bouvet de descubrir la tierra del sur descrita por un semi-legendario sieur de Gonneyville tuvo como resultado el sólo descubrimiento de la Isla Bouvet en 54° 25' S - 3° 24' E, con hielos cerca de los 55° S en 1730. En 1771 Yves-Joseph de Kerguelen-Trémarec zarpó de Francia con instrucciones de ir al sur desde Mauricio en busca de un "continente muy grande". Avistó una tierra en los 50° S que llamó Francia del Sur, y que creyó era la masa principal de un continente austral. Fue enviado otra vez para completar la exploración de la nueva tierra, y se encontró que era una isla inhóspita y la rebautizó como Isla de la Desolación, pero posteriormente fueron reconocidos sus esfuerzos bautizándola como Tierra de Kerguelen.

Hasta el siglo XVIII, esta región era una mancha blanca inexplorada en el mapa. Finalmente se convirtió en el objetivo de muchas naciones.

El británico James Cook (1728-1779) cruzó por primera vez el círculo polar sur el 17 de enero de 1773. Sin embargo, como no vio tierra alguna además de hielo, de ahí en adelante en todo el mundo a este paraje se le quedó el sobrenombre de "terra incognita".

Incluso la segunda circunnavegación de la región antártica, bajo la dirección de Fabián Gottlieb von Bellingshausen (1778-1852), báltico alemán al servicio de Rusia, sólo llevó al descubrimiento de algunas islas.

En cambio, durante su expedición (1822-1824), el ballenero James Weddell (1787-1834) penetró hasta 74°14'S en lo que más tarde se llamaría en su honor el Mar de Weddel. Así, el problema seguía sin ser resuelto.

Alrededor de 1840, durante el breve periodo caracterizado científicamente por la llamada "cruzada magnética", la expedición francesa (1837-1840), en busca del polo magnético del Hemisferio Sur, dirigida por Jules Sébastien César Dumont d'Urville (1790-1842), descubrió la Tierra Adelia.

La expedición estadounidense (1839-1842), al mando de Charles Wilkes (1798-1877), avistó la Tierra Wilkes y cartografió desde el barco cerca de 2.000 kilómetros de línea costera. Finalmente, el británico James Clark Ross (1800-1862) logró llegar hasta 78°10'S durante su expedición (1839-1843). Descubrió el Mar de Ross y la barrera de hielo de Ross, así como la extensa Tierra Victoria. Finalmente, Ross llegó a aproximadamente 300 Km. del polo magnético y determinó su posición en 75°05'S y 154°08'E, cerca de la que había calculado teóricamente el astrónomo y experto en magnetismo de Gotinga, Carl Friedrich Gauss (1777-1855).

Antes y después de ese periodo de descubrimientos, sólo los balleneros y los cazadores de focas se arriesgaban en aguas antárticas para regresar a casa con abundante carga.

Sus descripciones de las tierras como partes de un collar de perlas en el círculo polar antártico sólo aumentaron parcialmente la imagen de una terra incognita.

No fue sino hasta el VI Congreso Internacional de Geografía, que tuvo lugar en 1895 en Londres, que los participantes llegaron a la resolución de que la exploración de la región antártica era el más importante de los problemas geográficos que quedaban por resolver y, por tanto, recomendaron a la sociedad científica del mundo entero que solucionara dicho problema antes del fin del siglo XIX. Todavía no se sabía si la Antártida era un atolón gigante lleno de hielo o un continente cubierto de hielo. Sin embargo, esto pronto sería resuelto.

Primeras invernadas antes de 1900
En el verano de 1897, apoyándose en la recomendación de Londres, una expedición belga al mando de Adrien de Gerlache de Gomery (1866-1934) partió a bordo del Bélgica hacia la Tierra de Graham (hoy península antártica), donde descubrieron, entre otras cosas, el largo Estrecho de Gerlache en el lado occidental de la Península Antártica.

Cuando el buque se quedó varado en el hielo cerca de la costa antártica a unos 85°O, la expedición belga se vio obligada a invernar a bordo del barco. Fue la primera en realizar una observación meteorológica continua durante todo un año.

Sin embargo, no había un programa de investigación previamente establecido, así que los resultados científicos fueron producto de la casualidad y dependieron del afán de investigación de los estudiosos respectivos. De manera notable, Gerlache había elegido a los miembros de la expedición según su capacidad, independientemente de su nacionalidad. A bordo del Bélgica había dos polacos (Henryk Arctowski, 1871-1958), para las tareas geológicas, meteorológicas y oceanográficas, y un asistente para las observaciones meteorológicas), así como un biólogo rumano. También participaban, como médico experto de la expedición, el estadounidense Frederick Cook (1865-1940), que había explorado antes con Robert Peary el norte de Groenlandia, y el noruego Roald Amundsen (1872-1928), como segundo oficial.

El resto de la tripulación consistía de belgas y noruegos. Pero en marzo de 1899, el Bélgica, que se encontraba varado en el hielo, logró salir a la corriente helada y quedó libre otra vez.

El 28 de marzo de 1899, desde Punta Arenas Gerlache informó por radiotelegrafía el buen resultado de la invernada en la Antártida. Sin embargo, en 1898 hubo que lamentar dos víctimas, pues además de un marinero que cayó por la borda durante una tormenta, también murió el geofísico Emile Danco (1869-1898) de lo que entonces se llamó "anemia polar" y que, según los conocimientos actuales, fue causada principalmente por deficiencia vitamínica.

A su regreso, el meteorólogo Arctowski pudo presentar a la opinión pública mundial los primeros datos meteorológicos del ciclo anual completo de la Antártida. Mucho antes de que se desarrollara la teoría del frente polar en la década de 1920, determinó mediante sus observaciones que en la Antártida circulaban zonas de baja presión en forma de ondas. Arctowski mostró además que el invierno antártico era mucho más frío de lo que normalmente se creía antes de la invernada. Al mismo tiempo, notó que la frecuencia de la aurora austral era igual a la de la aurora boreal en sus respectivas amplitudes magnéticas, lo que indicaba un origen común.

La segunda expedición antártica (1898-1900), bajo la dirección del sueco Carsten Borchgrevink (1864-1934), se pudo llevar a cabo mediante un financiamiento privado inglés. Partieron a bordo del Southern Cross hacia la Tierra Victoria (al este del Mar de Ross), donde invernaron en Cabo Adare. Los hombres no sabían que habían levantado sus dos refugios prefabricados en la costa más ventosa de la Antártida.

Además de algunas recolecciones zoológicas y geológicas y observaciones magnéticas, también realizaron mediciones meteorológicas cada dos horas durante un año, así como registros de la presión atmosférica y la temperatura en el continente austral. También en 1899 la deficiencia vitamínica constituyó un gran problema durante la invernada de la expedición polar y el biólogo del Southern Cross, Nikolai Hanson, murió de escorbuto. Antes del viaje de regreso, Borchgrevik todavía intentó llegar hasta 78°50'S sobre la Barrera de Ross.

Los resultados meteorológicos aportaron la primera imagen del clima marítimo antártico. Los vientos predominantes ESE y SE señalaron la existencia de una zona de alta presión que se extendía por una gran parte de la todavía desconocida Antártida y que correspondía a un reflujo de masas de aire en dirección al Polo Sur en las capas de aire superiores.

Cooperación internacional (1901-1904)
Durante la realización del VII Congreso Internacional de Geografía en 1899 en Berlín, ya se pudieron discutir planes concretos de la expedición británica a la Antártida al mando de Robert Falcon Scott (1868-1912) y de la expedición alemana al Polo Sur bajo las órdenes de Erich von Drygalski (1865-1949).

Al igual que en el precedente Primer Año Polar Internacional (1882-1883), cuando se coordinaron mediciones simultáneas alrededor del Ártico, el congreso acordó una cooperación internacional entre el 1 de octubre de 1901 y el 31 de marzo de 1903 para la realización de las mediciones meteorológicas y magnéticas de las expediciones antárticas, así como de todos los barcos mercantes y de la Marina que siguieran un curso al sur de 30°S.

Además de la expedición de Drygalski (1901-1903), que llegaría hasta aproximadamente 90°E al sur de las Kerguelen en el Océano Índico, y la expedición de Scott hacia la Tierra Victoria (1901-1904), finalmente también participaron la expedición sueca hacia la Tierra de Graham (1902-1903) al mando de Otto Nordenskjöld (1869-1928)y la expedición escocesa hacia el Mar de Weddel oriental (1902-1904) al mando de William Speirs Bruce (1868-1921).

Adicionalmente, se crearon con fines de comparación estaciones filiales que no estuvieran influidas por el clima de la Antártida. Éstas se localizaron en la Isla de los Estados en Cabo de Hornos para Nordenskjöld, en las islas Malvinas para Bruce, en las Kerguelen para Drygalski y en Christchurch (Nueva Zelanda) para Scott. Cuando Scott quiso invernar un segundo año y estaba en marcha una quinta expedición francesa (1903-1905) al mando de Jean-Baptiste Charcot (1867-1936), la cooperación internacional se prolongó un año más.


Nordenskjöld
Por desgracia, el buque Antarctic de Nordenskjöld quedó atrapado por la banquisa en la salida noroeste del Mar de Weddell y finalmente fue aplastado por ésta, por lo que naufragó. Los miembros de la expedición invernaron en tres distintos lugares en los que realizaron investigaciones científicas hasta donde les fue posible.

Es de destacar el primer hallazgo de restos fósiles de plantas terciarias y la exposición derivada de los hallazgos geológicos posteriores de Nordenskjöld, que se extendieron a los Andes sudamericanos en la Península Antártica.

A diferencia de Robert Falcon Scott y Otto Nordenskjöld, Erich von Drygalski y William Speirs Bruce encontraron toda una tierra virgen y cada uno realizó fácilmente una amplia investigación que llevó a interesantes resultados.

Drygalski
De acuerdo con las ideas de Alejandro von Humboldt, Drygalski planeó la investigación integral de los cuatro elementos (tierra, agua, aire, fuego) en la desconocida Antártida. Por esa razón, además de él, que quería realizar investigaciones geográficas y oceanográficas, y de un geólogo, que era experto en tierra firme y volcanes, había también un físico, que debía realizar mediciones meteorológicas y magnéticas. Un biólogo completaba la investigación del entorno vital (fauna y flora). Todo lo nuevo que se manifestara en la región antártica se registraba y se ponía en una exposición conjunta.

Así, Drygalski realizó mediciones de temperatura hasta 500 m. de altura durante su ascenso en un globo cautivo, a diferencia de Scott que un mes antes ya había sido el primero en subir en un globo. Los resultados llenan un total de 22 volúmenes, doce de los cuales contienen resultados zoológicos.

El concepto de investigación tipo Humboldt ampliamente aplicado por Drygalski en su expedición era único y nunca más sería seguido, ya que las expediciones se fueron especializando en aspectos de investigación particulares.

Para sus propios estudios, Drygalski eligió una forma que, por ejemplo, todavía aplica hoy día el Instituto Alfred Wegener de Alemania en la investigación polar y marítima:
  • mediciones tomadas en el barco durante el viaje de Europa a la Antártida,
  • mediciones tomadas en la estación durante la invernada,
  • viajes de exploración por los alrededores de la estación en primavera,
  • mediciones tomadas en el barco durante el viaje de regreso.
Lamentablemente, los frutos de la cooperación internacional no produjeron el resultado que se había esperado. Las mediciones magnéticas durante el viaje de ida y vuelta a la Antártida a bordo del barco alemán Gauss y del británico Discovery mejoraron los mapas marítimos sólo en la zona de las rutas de viaje respectivas.

La colección de datos meteorológicos asciende en total a aproximadamente 600.000 observaciones individuales. Sin embargo, la red de mediciones alrededor de la Antártida no fue lo bastante cerrada para la construcción diaria de mapas meteorológicos. Únicamente entre Cabo de Hornos y la Península Antártica hubo suficientes datos que permitieron trazar la distribución diaria de la presión atmosférica.

Los descubrimientos geográficos sugirieron la conclusión de que la Antártida es un continente cubierto de hielo. Además, a partir de las mediciones del viento y de la presión atmosférica, se pudo determinar la altura promedio del continente antártico en 2000 ± 200m.

La estación meteorológica establecida por Bruce en la Isla Laurie (Islas Orcadas del Sur) fue entregada a Argentina en 1904 y, desde entonces, funcionó con el nombre de Base Orcadas y, con su ininterrumpido margen de mediciones, proporciona un valioso valor básico para posteriores investigaciones climatológicas.

El atractivo de los polos (1911-1912)
El llamado "Periodo del atractivo de los polos" estuvo determinado por pautas personales y representado por el francés Jean Charcot (1908-1920), Scott y su antiguo acompañante Ernest Shackleton (1874-1922), el noruego Roald Amundsen (1872-1928) y el alemán Wilhelm Filchner (1877-1957), así como por el japonés Nobu Shirase (1861-1946) y el australiano Douglas Mawson (1822-1958). Charcot y Filchner constituyeron, en realidad, una excepción, ya que sus expediciones, además de descubrimientos geográficos, llevaron a cabo un amplio programa científico.

Las demás contribuyeron en su mayoría a alcanzar los objetivos geográficos como el Polo Sur, incluso a riesgo de su propia vida.

Mientras que durante su expedición en 1909 Ernest Shackleton prefirió regresar cuando estaba a sólo unos 180 km del Polo Sur para escapar de un desastre causado por la escasez de alimentos, Scott y sus cuatro acompañantes murieron en 1912 a causa de una serie de acontecimientos adversos durante una larga tormenta de nieve en su camino de regreso del polo.

Amundsen
La expedición japonesa tuvo que invernar en Sydney en condiciones precarias y explorar a continuación la Tierra de Eduardo VII en las cercanías de la estación noruega de invernada de la Bahía de las Ballenas en la orilla occidental del Mar de Ross, mientras que Amundsen fue el primero en llegar al polo con su grupo, el 14 de diciembre de 1911. Amundsen llamó a su campamento Polheim, y todo lo que rodeaba al polo, Haakon VII's Vidde, en honor al Rey Haakon VII de Noruega

La expedición australiana determinó por primera vez la ubicación exacta del polo magnético. Sin embargo, también tuvieron que lamentar dos víctimas mortales durante un viaje en trineo.

La Expedición Transantártica Imperial Británica de Shackleton también corresponde a este periodo. Se componía de dos grupos. Shackleton dirigía la División del Mar de Weddell (1914-1916), cuyo barco Endurance fue aplastado por los bloques de hielo y se hundió a finales de 1915. No obstante, los miembros de la expedición pudieron salvarse gracias a la osada travesía de Shackleton en un pequeño bote de remos a las Islas Georgias del Sur.

La División del Mar de Ross (1914-1917), que debería preparar los almacenes para la travesía en la meseta de hielo, invernó en Cabo Evans en condiciones precarias cuando el barco de la expedición se desvió de rumbo prematuramente durante una ventisca y quedó a la deriva durante diez meses entre los bloques de hielo del Mar de Ross. Dos miembros de la expedición fallecieron.

Puesto que las expediciones de este periodo no cooperaron entre sí para nada y sólo por casualidad las expediciones noruega y japonesa se encontraron en la Antártida, los diferentes resultados científicos de estas expediciones deben considerarse como individuales e independientes; sin embargo, fueron percibidos en parte como totalmente extraordinarios. Así, durante la travesía de nueve meses del Deutschland de Filchner se detallaron por primera vez medidas oceanográficas y se llevaron a cabo sondeos. También se analizaron continuamente las condiciones meteorológicas de las capas de aire con cometas y globos a los que se fijaron aparatos de registro.Estas mediciones todavía son representativas y no han perdido su valor.

Las investigaciones glaciológicas de icebergs y de la Barrera de Hielo de Ross, realizadas por Charles Seymour Wright (1887-1975) durante la expedición de Scott, produjeron incluso una bibliografía básica sobre glaciología.

Aviones en la Antártida desde 1928
Después de la Primera Guerra Mundial, la técnica aeronáutica se desarrolló a tal grado que fue posible pensar en utilizarla para fines de exploración en la Antártida. Los descubrimientos y cartografías hechos para el aire se utilizaron a menudo en esa época para justificar los reclamos territoriales en la Antártida. 

También hubo jefes de expediciones individuales que se lanzaron hacia el Sur para alcanzar objetivos principalmente privados.

El australiano Hubert Wilkins (1888-1958) fue el primero en utilizar aviones durante su expedición (1928-1929) para la exploración de la costa este de la Tierra de Graham 

En 1928-1930, el estadounidense Richard Evelyn Byrd (1888-1957) había establecido en la Bahía de las Ballenas, cerca de la antigua estación de invernada de Amundsen, una estación con el nombre de Little America I, desde la que supuestamente el 20 de diciembre de 1929 quería sobrevolar el Polo Sur.

Al mismo tiempo, en otra parte del continente, la primera expedición noruega (1929-1930), patrocinada por el cónsul Lars Christensen (1884- 1965) y bajo la dirección de Nils Larsen (nacido en 1900), realizó un sondeo aéreo de la Tierra de Enderby.

Wilkins regresó a la Antártida en 1929-1930 para seguir persiguiendo su objetivo de volar desde las dependencias de las Islas Malvinas (Isla Decepción) hacia el Oeste a lo largo de la costa de la Península Antártica hasta el Mar de Ross.

Durante su segunda expedición (1929-1931), Mawson cartografió la costa entre 75°E y 45°E tanto desde barco como desde avión. Esto se consideró como frontera entre las actividades británicas y noruegas y las correspondientes aspiraciones a los reclamos territoriales.

Lincoln Ellsworth (1880-1951) apareció en escena en 1933-1934 como otro competidor para ser el primero en sobrevolar el continente antártico desde el Mar de Ross hacia la Península Antártica, pero su avión se dañó ya desde el inicio al aterrizar en el hielo marítimo en la Bahía de las Ballenas.
Su segundo intento en 1934-1935 en dirección opuesta fracasó debido a las malas condiciones meteorológicas.

En 1933-1935, desde su estación ampliada Little America II, Byrd continuó la cartografía aérea de la Tierra de Marie Byrd hasta la Cordillera de la Reina Maud.

Byrd
Richard Byrd y su primer piloto Bernt Balchen se convirtieron en las primeras personas en sobrevolar el polo sur, el 29 de noviembre de 1929. Richard Evelyn Byrd o Richard Byrd (Jr.) (1888-1957), fue un importante explorador y aviador estadounidense, especialmente conocido por sus audaces vuelos sobre la Antártida, que permitieron conocer mejor la configuración geográfica del continente helado.

Byrd había experimentado por primera vez la eficacia de los aviones en la empresa polar de 1925, cuando sobrevoló la isla de Ellesmere partiendo de Groenlandia. El éxito del vuelo le hizo pensar en la posibilidad de alcanzar el Polo Norte por vía aérea y en 1926 realizó el proyecto. El 9 de mayo se elevó sobre Kingsbay (ahora Ny-Ålesund), Spitsbergen (Svalbard) a bordo de un monoplano Fokker y, junto con el piloto Floyd Bennett, afirmó haber volado sobre el Polo Norte. Esta hazaña le reportó gran renombre y le sirvió para recibir financiación para sus vuelos sobre el Polo sur. Sin embargo ya desde 1926 y hasta la actualidad se han expresado dudas sobre si Byrd efectivamente sobrevoló el Polo Norte sobre la base del alta velocidad supuesto. En 1996, estas dudas se confirmaron cuando su diario de vuelo se encontró. El diario mostró que las anotaciones del sextante habían sido borradas y luego inventó en su informe oficial.

Empleó este mismo medio para la exploración de la región antártica. La expedición de Byrd de 1928 al Polo Sur fue cuidadosamente preparada y provista de grandes medios. El campamento base, en la punta norte de la isla Roosevelt, en el mar de Ross, contaba con laboratorios, talleres, almacenes, una estación de radio y un hospital. En esta base, llamada "Little America", vivieron 14 meses 42 hombres. De allí partió Byrd en avión para dar la vuelta al Polo Sur que sobrevoló el 29 de noviembre de 1929. Su piloto en ese vuelo fue Bernt Balchen. Él descubrió la tierra que se llama Mary Byrd Land e importantes cadenas montañosas y exploró la tierra de Eduardo VII, una gran península helada de la Antártida que forma el extremo nordoccidental de la Tierra de Marie Byrd, punto de inicio del mar de Ross. Dando pruebas de gran valor, pasó el invierno de 1934 solo en una cabaña a casi 200 km de Little America, con objeto de obtener datos científicos.

Espoleado por los éxitos obtenidos, Byrd organizó otras tres expediciones entre 1939 y 1955, en las que se sirvió, además, de aviones, de helicópteros y submarinos, permitiendo conocer cada vez mejor la Antártida y estableciendo su continentalidad.

Organizó la Operación Highjump, cuya denominación oficial era The United States Navy Antarctic Developments Program, 1946-47 o Programa de Desarrollos Antárticos de la Armada de los Estados Unidos. Se trataba de una serie de maniobras militares que tenían por objeto probar equipos militares y tropa en condiciones antárticas. Estas maniobras tendrían continuidad con la Operación Windmill (1947-1948) y la Operación Deep Freeze (1955-1956).

Murió el 11 de marzo de 1957 en Boston, mientras dormía. Estaba preparando otra expedición con objeto del Año Geofísico Internacional 1957-58.

Algunos autores han especulado sobre la figura de Byrd, relacionándole con la teoría de la Tierra Hueca. Afirman que en uno de sus vuelos descubrió una entrada a dicho mundo intraterrestre. En 1957, el escritor italiano F. Amadeo Giannini publicó The Worlds Beyond the Poles (‘los mundos más allá de los polos’), en que afirmaba -sin aportar ninguna prueba- que en febrero de 1947, Byrd había intentado ser el primer humano en llegar al polo norte y encontró una entrada a un mundo subterráneo. El supuesto hallazgo no habría salido a la luz porque el ejército de EE.UU. habría acallado a Byrd, aunque las declaraciones del aviador sobre sus exploraciones ofrecerían pistas bajo la opinión de estos autores, y que se señala que todo lo que escribió en su diario fue totalmente real. Tras décadas de exploraciones aéreas y terrestres, innumerables exposiciones fotografías satelitales de muy diferentes naciones, con muy diferentes intereses en la región, no se han encontrado indicios de que dicha teoría sea cierta.

La expedición británica a la Tierra de Graham (1934-1937), bajo la dirección del inglés John Rymill (1905-1968), invernó dos años y exploró la Península Antártica Occidental desde avión y con trineos tirados por perros y comprobó que la Tierra de Graham está unida al continente Antártico.

Por primera vez se combinaron aquí técnicas modernas con medios de locomoción tradicionales, para lo que no había ningún equivalente en esa época, aunque Scott ya había experimentado con trineos de motor en 1910. Asimismo, la expedición de Rymill siguió un programa intensivo meteorológico, geológico, glaciológico y biológico.

En noviembre de 1935, Ellsworth logró completar, con cuatro aterrizajes intermedios, el primer vuelo sobre la Antártida desde la Isla Dundee (Península Antártica) hasta Bahía de las Ballenas y realizó nuevos descubrimientos como las montañas de la cordillera Eternity.

Una de las numerosas expediciones antárticas del noruego Christensen realizó extensos vuelos de fotografía sobre la costa antártica entre la Tierra del Emperador Guillermo II y la Tierra de Enderby, así como a lo largo de la Costa del Príncipe Harald descubierta por ellos, cuya posesión fue reclamada por Noruega.

Finalmente, en el verano austral de 1938/1939 la expedición alemana en el buque-catapulta Schwabenland, bajo el mando de Alfred Ritscher (1879-1963) llevó a cabo una eficiente campaña de verano, durante la cual, mediante fotogrametría aérea desde dos aviones, se llevó a cabo un reconocimiento detallado de una región hasta entonces desconocida entre 14°O y 20°E con el propósito de tomar posesión de este territorio por seguridad de la floreciente pesca de ballenas alemana. La expedición descubrió ahí Nueva Suabia junto con sus cordilleras y, con las tomas fotogramétricas, construyó una de las cartas más informativas del interior de la Antártida de esa época, la cual cubre aproximadamente 350,000 km2.

Sin embargo, la Segunda Guerra Mundial impidió la continuación de las investigaciones planeadas sobre el territorio.

A diferencia de la expedición alemana, la tercera empresa de Byrd (19391940) estudió los alrededores con aviones y trineos jalados por perros desde dos estaciones de invernada (East Base en la costa este de la Tierra de Graham y Little America III), y amplió así de manera decisiva los conocimientos de las expediciones anteriores.

Acerca del Polo Sur
El polo sur geográfico se localiza en el extremo austral del planeta, equivalente a la latitud 90° S, donde convergen todos los meridianos. Se define como el lugar donde el eje de rotación se interseca con la superficie de la Tierra y son aplicables iguales observaciones que para el polo norte.

El polo sur geográfico es definido como uno de los dos puntos donde el eje de rotación de la Tierra se interseca con su superficie (el otro punto es el polo norte geográfico). Sin embargo, el eje de rotación terrestre cambia a lo largo del tiempo, por lo que esta definición no es completamente precisa. El punto de proyección del polo sur geográfico a la esfera celeste da lugar al polo celeste sur.

Está situado sobre la Antártida, a aproximadamente 2600 km del polo sur magnético. Está situado sobre una meseta llana, helada y ventosa a 2835 m de altitud sobre el nivel del mar. Se estima que el espesor de la capa de hielo en el polo sur es de unos 2700 m, con lo que el suelo de tierra estaría prácticamente a nivel del mar.

La masa polar de hielo se encuentra sobre un glaciar que se mueve 10 metros por año, por lo que la posición exacta del polo, relativa a la masa de hielo, cambia gradualmente con el tiempo. Un marcador del polo sur es reposicionado cada año para reflejar esto.

Sin embargo, no fue hasta el 31 de octubre de 1956 cuando otro hombre pisó el polo otra vez, cuando un grupo liderado por George Dufek, de la Marina estadounidense, aterrizó en el avión de transporte militar R4D Skytrain (Douglas C-47 Skytrain). La Base Amundsen-Scott estadounidense fue establecida alrededor de 1956–1957, con motivo del Año Geofísico Internacional. 

El 6 de enero de 1962 se realizó el Primer Vuelo Argentino al Polo Sur de dos aviones de la Aviación Naval Argentina Douglas DC-3 al mando del entonces Capitán de Fragata Hermes Quijada, hecho que sorprendió a la opinión mundial ya que no se contaba en esos momentos con cartografía de la zona y por ende se desconocía la existencia de referencias en tierra que pudiesen facilitar la orientación durante el vuelo directo desde el continente.


Luego de Amundsen y Scott, los siguientes en llegar al polo sur por tierra fueron Edmund Hillary, el (3 de enero de 1958), y Vivian Fuchs, el (19 de enero de 1958), con sus respectivos grupos, en el transcurso de la "Expedición Trans-Antártica de la Commonwealth". Hubo varias expediciones subsecuentes por tierra, incluyendo la Antero Havola, Crary y Fiennes. La marcha a pie más rápida sin soporte al polo sur geográfico desde la costa duró 47 días, y fue hecha en 1999 por Tim Jarvis y Peter Treseder, quienes llevaron trineos que pesaban 200 kg, que contenían comida y combustible.

Sin considerar las Islas Sandwich del Sur, el país más cercano al polo sur es Chile (3718 km), aunque la ciudad más próxima es Ushuaia, situada en Argentina (3910 km) y el pueblo más cercano es Puerto Williams, Chile (3895 km). La base de investigación científica Amundsen-Scott, de los Estados Unidos, se encuentra situada prácticamente en el polo sur geográfico (89°59'51" de latitud sur, a unos 270 metros). La distancia entre el polo norte y el polo sur geográficos (siguiendo la curvatura de la tierra) es de unos 20.000 km.

Tratado Antártico
El Tratado Antártico es uno de los más destacados acuerdos internacionales de la historia. Desde 1959, ha logrado preservar la Antártida para la paz y la ciencia, convirtiéndose en una referencia de cooperación y legislación internacional.

Bandera del T. Antártico
El Tratado Antártico fue firmado en Washington (Estados Unidos) el 1º de diciembre de 1959 y entró en vigencia el 23 de junio de 1961. Sus primeros signatarios fueron los doce países que entre 1957 y 1958 participaron del Año Geofísico Internacional: Argentina, Australia, Bélgica, Chile, Francia, Japón, Nueva Zelanda, Noruega, Rusia, Sudáfrica, Reino Unido y Estados Unidos.

Desde su primer artículo, establece que
“La Antártida se utilizará exclusivamente para fines pacíficos”. 
Gracias a ello, hoy es el único continente donde no ha habido enfrentamientos bélicos en toda la historia.

La ciencia es la principal actividad que se desarrolla en el continente. Por ello, en su segundo artículo establece que
“la libertad de investigación científica en la Antártida y la cooperación hacia ese fin […] continuarán”.
Actualmente, 49 países forman parte del Sistema del Tratado Antártico. 28 de ellos, los que tienen actividad e investigaciones activas en el continente, son miembros consultivos y 21 de ellos no consultivos.

Al momento de la firma del Tratado, siete países tenían reclamos territoriales sobre el continente, algunos de ellos superpuestos. Por tal motivo, el artículo IV mantiene el statu quo:
“Ningún acto o actividad que se lleve a cabo mientras el presente Tratado se halle en vigencia constituirá fundamento para hacer valer, apoyar o negar una reclamación de soberanía territorial en la Antártida, ni para crear derechos de soberanía en esta región”.
Mientras el tratado permanezca vigente:
“No se harán nuevas reclamaciones de soberanía territorial en la Antártida, ni se ampliarán las reclamaciones anteriormente hechas valer”.
Para llevar adelante todo lo establecido en el acuerdo, cada año los países miembros se reúnen en la Reunión Consultiva del Tratado Antártico, donde intercambian información y toman medidas relacionadas con el uso dela Antártida para fines pacíficos y la investigación y la cooperación científica internacional.

Con el correr del tiempo, los países fueron adoptando nuevas medidas y se firmaron nuevos acuerdos internacionales que dieron forma al conjunto de normas que complementan al tratado y se conoce como Sistema del Tratado Antártico.

lunes, 26 de septiembre de 2016

Eratóstenes de Cyrene

¿No le resulta poco creíble que hasta el año 1492 el mundo no hubiera sospechado que la Tierra no era plana o chata? Bastaba con levantar la vista y mirar al cielo y advertir que todos los objetos que se veían (con o sin telescopio) eran esféricos (ni hablar de la luna, por ejemplo). ¿No se les ocurriría imaginar que –quizás– el lugar en donde vivían también era esférico, o que tenía volumen?

Eratóstenes de Cyrene nació en Cirene, una antigua ciudad griega en la actual Libia, probablemente en torno al año 276 a.C. Tras formarse con los mejores profesores y estudiar algunos años en la mismísima Atenas, Eratóstenes viajó en el 245 a.C. a Alejandría. Cinco años después se convertía en el tercer bibliotecario en la historia de la legendaria biblioteca de Alejandría, tras suceder a uno de sus antiguos maestros, el poeta y erudito Calímaco. En realidad, no sólo fue matemático, sino también astrónomo, poeta y músico. Se lo considera también el inventor de la geografía tal como la concebimos hoy como disciplina, fue el primero en usar la latitud y la longitud como sistema de coordenadas sobre la Tierra, fue el primero en medir la distancia entre la Tierra y el Sol, y fue el primero en hablar de años bisiestos. ¿Suficiente, no?

Tal era su prestigio que Eratóstenes fue elegido para ocupar un cargo distinguidísimo para la época: fue el tercero de los directores de la Gran Biblioteca de Alejandría, la más importante de Europa durante muchísimos siglos, algo así como el centro del conocimiento.

Eratóstenes hizo algo espectacular para la época (en realidad, para esa época y para cualquier época): fue el primero en medir el diámetro de la Tierra, para lo cual, obviamente, demostró sin proponérselo que algo que repetimos durante años en la escuela fue obviamente falso: ¡no fue Colón quien descubrió que la Tierra no era plana! Usted nunca se creyó eso, ¿no?

Supuestamente fue en la propia biblioteca de Alejandría, donde Eratóstenes leyó acerca de un lugar llamado Siena (hoy la actual Asuán, Egipto). En dicha ciudad, justo al mediodía del solsticio de verano, el Sol se reflejaba totalmente en las aguas de un profundo pozo y ninguna vara, ni objeto alguno, daba sombra. Es decir, ese día y a esa hora, los rayos del Sol caían completamente perpendiculares al suelo, o lo que es lo mismo, el Sol se encontraba en el cenit.

Eratóstenes observó que esto no ocurría en Alejandría, es decir, que al mediodía del solsticio de verano, una vara clavada en la tierra proyectaba una sombra, que las torres y los árboles también la proyectaban, y que en ningún pozo se reflejaba totalmente el Sol. En definitivas cuentas, al contrario que en Siena, en ese mismo instante, el Sol no se encontraba en el cenit de la ciudad de Alejandría.



Esta diferencia solo podía ser explicada si la Tierra no era plana, y asumiendo que Siena y Alejandría se encuentran en el mismo meridiano, es decir tienen la misma longitud geográfica (lo cual no es del todo cierto, pues distan unos 3º), Eratóstenes realizó una hipótesis genial: considerar que el Sol está lo suficientemente lejos como para que sus rayos lleguen a la Tierra completamente paralelos.

Bajo esta hipótesis, al mediodía del solsticio de verano, los rayos de Sol inciden directamente en Siena, pero hacen un ángulo con la vertical en Alejandría. Es fácil ver que, asumiendo que "líneas que cortan rectas paralelas forman ángulos opuestos iguales" (algo no evidente en la época de Eratóstenes), este ángulo es igual a la diferencia de latitud geográfica entre Siena y Alejandría.

Eratóstenes dedujo que si lograba medir este ángulo, y por otro lado determinaba la distancia lineal entre Siena y Alejandría, podría estimar el radio de la Tierra. Según el historiador Cleomedes, para el cálculo del ángulo, Eratóstenes midió la sombra que el Sol proyectaba al mediodía del solsticio de verano. Eratóstenes obtuvo así una medida para la diferencia de latitud geográfica entre Siena y Alejandría de 1/50 parte de la circunferencia, es decir, unos 7º 12'.

Pero, para completar el cálculo necesitaba medir de la distancia lineal entre Siena y Alejandría, algo complicado en una época donde no había GPS. El método empleado depende de la fuente. En la mayoría de los casos se asegura que lo obtuvo de la distancia estimada por las caravanas de camellos que comerciaban entre ambas ciudades, aunque perfectamente pudo ser un dato que obtuvo de la propia biblioteca de Alejandría. En cualquier caso, estimó una distancia de 5000 “estadios”, una medida de longitud de la época, que como era habitual, su valor depende de quien lo definiera. Por ejemplo, los estadios egipcios eran de 157 metros, mientras que para los griegos eran de unos 174m.

Independientemente de esto, Eratóstenes obtuvo un valor para el radio de la circunferencia terrestre de unos 252.000 estadios. Dependiendo del valor que se le dé finalmente a la unidad “estadio”, el resultado resultó ser de una asombrosa precisión, incluso con un error menor del 1%, o algo menos exacto, con cerca de un 16% de error (el valor actual del radio medio de la Tierra es de 6371 Km.). En cualquier caso el método empleado por Eratóstenes es un alarde ingenio y de sencillez, y una extraordinaria aplicación del método científico.

Eratóstenes concluyó que la explicación debía de residir en que la superficie de la Tierra, al ser redonda, estaba siempre más lejos del Sol en unos puntos que en otros. Tomando por base la longitud de la sombra de Alejandría, el mediodía en el solsticio, la ya avanzada Geometría pudo responder a la pregunta relativa a la magnitud en que la superficie de la Tierra se curvaba en el trayecto de los 750 km entre Siena y Alejandría. A partir de este valor pudo calcularse la circunferencia y el diámetro de la Tierra, suponiendo que ésta tenía una forma esférica, hecho que los astrónomos griegos de entonces aceptaban sin vacilación.

Eratóstenes escribió los detalles de este experimento en su tratado “Sobre las medidas de la Tierra” el cual está perdido hoy en día. Sin embargo, algunos detalles de estos cálculos aparecen en trabajos de otros autores, como son Cleomedes, Teón de Esmirna y Estrabo, gracias a los cuales ha llegado hasta nuestros días.

Eratóstenes hizo los correspondientes cálculos (en unidades griegas) y, por lo que podemos juzgar, sus cifras fueron, aproximadamente, de 12.000 km para el diámetro y unos 40.000 para la circunferencia de la Tierra. Así, pues, aunque quizá por casualidad, el cálculo fue bastante correcto. Por desgracia, no prevaleció este valor para el tamaño de la Tierra. Aproximadamente 100 años a. de J.C., otro astrónomo griego, Posidonio de Apamea, repitió la experiencia de Eratóstenes, llegando a la muy distinta conclusión que la Tierra tenía una circunferencia aproximada de 29.000 km. Este valor más pequeño fue el que aceptó Ptolomeo y, por tanto, el que se consideró válido durante los tiempos medievales. Colón aceptó también esta cifra y, así, creyó que un viaje de 3.000 millas hacia Occidente lo conduciría al Asia. Si hubiera conocido el tamaño real de la Tierra, tal vez no se habría aventurado.

Finalmente, en 1521-1523, la flota de Magallanes, o, mejor dicho, el único barco que quedaba de ella- circunnavegó por primera vez la Tierra, lo cual permitió restablecer el valor correcto, calculado por Eratóstenes.

Eratóstenes también le debemos otros fantásticos trabajos, como la estimación de la distancia de la Tierra al Sol y a la Luna, la invención de la esfera armilar, o la famosa “Criba de Eratóstenes”, un algoritmo matemático capaz de darnos todos los números primos menores que un número natural dado.

Eratóstenes murió en Alejandría, el año 194 a.C., a la edad de 82 años. Al final de su vida se quedó ciego, por lo que, según se cuenta, llegó al suicidio ante la imposibilidad de proseguir con sus lecturas.

Publicado originalmente en ni blog de historia "El Kronoscopio"

El problema de las distancias

Ya hemos comentado en otro post acerca del mapa terraplanista. Es una presentación acimutal equidistante con centro en el polo norte. Hemos explicado que su deformación aumenta a medida que nos alejamos del centro.

La inconsistencia de este modelo para considerarlo real, lo notamos inmediatamente al comparar distancias entre puntos conocidos y la representación en el mapa. Veamos algunos ejemplos...

Ejemplo I

  • Ushuaia (Argentina)-Sydney (Australia): 9.458 km (en rojo)
  • S.Francisco (EE.UU)-Sidney 11.948 km (en negro)

A pesar de ser más corta en casi 2.500 km, la primer distancia, marcada en rojo, tiene casi el doble de extensión que la segunda, marcada en negro.

Ejemplo II

  • N. York (EE.UU.)-Londres (GB) 5.570 km (en negro)
  • Bs Aires-Ciudad del cabo (RSA) 6.869 km (en rojo)

Aunque en este caso la primera ruta es casi 1.300 km más corta, la desproporción continúa siendo evidente.

Ejemplo III

  • Durban (S. África)-Perth (Australia) 7.866 km (en rojo)
  • Madrid (España)-Tokyo (Japón) 10.761 km (en negro)

Como en el ejemplo I, el vector más largo corresponde a la distancia más corta, siendo la diferencia de casi 2.900 km.

Se podría presentar más ejemplos, pero sería redundante. En cualquier caso, esta es una argumentación que debería ser más que suficiente para acabar con el modelo terraplanista.

Finalmente, amigo terraplano, te invito a ver este corto video de solo 92 segundos de duración. Verás que solo existen dos posibilidades: o las distancias son incorrectas, o la Tierra no es plana. Probablemente, afirmarás que las distancias son incorrectas. ¡No hay problema! Saca tu mapa de la Tierra Plana, que, por definición, ya que es plano, no tiene distorsiones en absoluto. Puedes sacar tu regla, medir la distancia entre las ciudades en tu mapa, ajustar la escala y obtener las ¿verdaderas? distancias. Házmelas llegar y las analizaremos juntos...



Refutaciones 7 a 12 a las "200 Pruebas de que la tierra no es una esfera que gira"

Prueba 7 - Los topógrafos, ingenieros y arquitectos no son necesarios para factorizar la supuesta curvatura de la Tierra en sus proyectos. Canales, vías férreas, puentes y túneles, por ejemplo, siempre se cavan y se colocan en posición horizontal, a menudo a través de cientos de millas sin ninguna consideración por la curvatura. 

Prueba 8 -  El Canal de Suez que conecta el Mediterráneo con el Mar Rojo tiene 100 millas de largo sin ningún tipo de bloqueos, haciendo que el agua de una continuación ininterrumpida de los dos mares. Cuando fue construido, la supuesta la curvatura de la Tierra no se tuvo en cuenta. Fue excavado a lo largo de una línea de referencia horizontal de 26 pies por debajo del nivel del mar, pasando por varios lagos de un mar a otro, con la línea de referencia y la superficie de agua corriente perfectamente paralelo sobre las 100 millas.

Prueba 9 -  El Ingeniero, W. Winckler, en una nota aparecida en la Revista "Earth Review", con respecto a la supuesta curvatura de la Tierra, indicó, 
"Como ingeniero de muchos años de experiencia, vi que esta absurda afirmación sólo está permitida en los libros de texto. A ningún ingeniero se le ocurriría permitir nada por el estilo. He proyectado muchas millas de vías férreas y muchos más de y tal cosa ni siquiera se ha considerado, y mucho menos permitido. 
Esta previsión para la curvatura significa lo siguiente: que la línea recta del trazado bajará 8 pulgadas para la primera milla de un canal, y tal medida aumentará de acuerdo al cuadrado de la distancia en millas; por tanto, un pequeño canal navegable para barcos, por ejemplo de 30 millas de largo, tendrá, por la regla anterior un ajuste por curvatura de 600 pies. Piense en eso y agradezca a los ingenieros por no ser tan tontos. Nosotros no pensamos en esto de ajustar 600 pies de una línea de 30 millas de ferrocarril o un canal, de la misma manera que no perderíamos el tiempo tratando de cuadrar el círculo "
Prueba 10 - La línea férrea "London and Northwestern" forma una línea recta de 180 millas de largo entre Londres y Liverpool. El punto más alto de la vía férrea, a medio camino en la estación de Birmingham, está a sólo 240 pies por encima del nivel del mar. Sin embargo, si el mundo fuera en realidad un globo, se curvaría 8 pulgadas por milla cuadrada; el tramo de 180 millas de ferrocarril formaría un arco con el punto central en Birmingham de más de una milla, un total de 5.400 pies por encima de Londres y Liverpool.

Prueba 11 Un topógrafo e ingeniero de la década del treinta publicó en el semanario “El Mercurio” de Birmingham lo siguiente: 
"Estoy totalmente familiarizado con la teoría y la práctica de la ingeniería civil. Sin embargo algunos de nuestros intolerantes profesores pueden estar en la teoría de la topografía de acuerdo con las reglas prescritas, sin embargo, es bien conocido entre nosotros que tales mediciones teóricas son incapaces de cualquier implementación práctica. Todas nuestras locomotoras están diseñadas para funcionar en lo que puede considerarse como niveles verdaderamente planos. Hay, por supuesto, inclinaciones parciales o gradientes aquí y allá, pero siempre definidas con precisión y deben ser cuidadosamente atravesados. Pero considerar una inclinación que se aproxime a ocho pulgadas en la primera milla y que aumentará con el cuadrado de la distancia, no podría ser transitado por ninguna locomotora que haya sido construida hasta el momento.  
Tomando todas las estaciones entre Inglaterra y Escocia, se puede afirmar que todas las plataformas están en el mismo nivel relativo. La distancia entre las costas occidentales y orientales de Inglaterra se puede precisaren unas 300 millas hacia abajo. Si la curvatura prescrita fuera de hecho como se la ha representado, en las estaciones centrales de Rugby o Warwick deberían  estar cerca de tres millas más altas que en los extremos de la línea. Si tal fuera el caso, no se encontraría un conductor o fogonero dentro del Reino dispuesto a hacerse cargo del tren. 
Sólo podemos reír de los de sus lectores que seriamente dan crédito a tales extravagancias, como los trenes corriendo por líneas esféricas, curvas horizontales y verticales en niveles tan peligrosos, especialmente con nuestro material rodante construido como en la actualidad resulta físicamente imposible".
Prueba 12 - La compañía "The Manchester Ship Canal" publicó en la Revista "Earth Review": 
"Es habitual en las construcciones de vías ferroviarias y canales para todos los niveles, una línea de referencia que es nominalmente horizontal en todas sus secciones. No es la práctica en la disposición de Obras Públicas considerar la curvatura de la tierra "




Refutación:
Ante todo, dejemos constancia de que, contrariamente a lo indicado en la Prueba 7, con independencia de que la Tierra sea plana o redonda,  los puentes no siempre se colocan en posición horizontal plana. 

Por ejemplo, el famoso puente Golden Gate en San Francisco, es de 10 pies (3 metros) más alto por encima del agua en el centro que en sus torres. Del mismo modo, los túneles no son necesariamente planos tampoco, basta con echar un vistazo a esta imagen que muestra los cambios de profundidad del túnel que atraviesa el Canal de la mancha entre Inglaterra y Francia:



Respecto de la Prueba 8, referida al Canal de Suez, que une el Mar Mediterráneo con el Mar Rojo, diremos que en la topografía, el dato no es una "línea" real y no hay nada físicamente marcándolo. En este caso, el dato que debemos tener en cuenta es la cota de 26 pies bajo el nivel del mar. Por lo tanto, si se conoce la altura de todos los puntos a lo largo de su trayectoria, todo lo que tiene que hacer es cavar hacia abajo hasta alcanzar el nivel del mar y luego 26 pies más. Esto funciona independientemente de si la tierra es plana o redonda, por lo que el ejemplo no demuestra absolutamente nada.


La Prueba 9 gira alrededor de un ingeniero W. Winckler del que no he encontrado más referencias que las que lo vinculan justamente a esta "prueba", Tampoco señala la fecha de publicación ni modo alguno de revisar el artículo citado, por lo que resulta imposible verificar el contexto en que habría sido publicada. Es la cita de un artículo más largo o se trata de una de carta al editor? Si este fuera el caso, la validez real de la declaración no se apoya en el hecho de que se haya publicado. 

Respecto a la cita en sí, no queda claro a qué se refiere cuando dice que no consideran un ajuste por 600 pies en 30 millas. Parece decir que no lo toman en consideración por la misma razón que no se hizo en la construcción del Canal de Suez. La construcción de un ferrocarril o de un camino se hace tomando en primer lugar el relieve del terreno, que no suele ser absolutamente plano y suele acompañar el relieve del terreno dentro de ciertos límites de tolerancia. Oliver ibáñez asegura que se trata de la publicación correspondiente a octubre de 1893, pero tampoco he podido encontrarla partiendo desde ese dato.

El radio de la Tierra es lo suficientemente grande como para que en la superficie, podamos tratar a la tierra como plana. Es decir, 8 pulgadas en la primera milla, significa que el suelo se hunde en aproximadamente del tamaño de una mano sobre toda una milla que es igual a 63,360 pulgadas! Eso es absolutamente insignificante y, dado que la curvatura se mantiene relativamente igual a lo largo de toda la línea, se puede hacer caso omiso de aquélla. Como se señaló en la refutación a la prueba 5 cuando nos referíamos al Rió Congo, la "altura" de la superficie se mide respecto del nivel del mar, siendo este referido al centro de la tierra,  por lo que si la distancia entre 2 puntos es de 30 millas y siga recto a lo largo de la superficie sin cambiar la altitud, tendrá 30 millas de pista perfectamente nivelada independientemente de si la tierra es plana o redonda. Por esto mismo, la Prueba 10 ni siquiera merece que la tratemos separadamente. 


La Prueba 11 es igualmente absurda. Una vez más, debemos decir que la curvatura de la superficie terrestre es tan pequeña que puede considerarse como plana a los efectos prácticos en el espacio que puede ocupar un tren, Una vez más insiste con el tema de "escalar" esa curvatura, por lo que nos limitaremos a señalar que sólo porque las estaciones de Warwick o Rugby puedan estar a una gran distancia por encima de la cuerda trazada entre los extremos de la vía férrea, o como entre Londres y Liverpool según la Prueba 10, esto no significa que el tren esté trepando una elevación en su recorrido.

Finalmente, la Prueba 12 revela, por lo menos, un severo problema de interpretación por parte del Sr. Dubay. Lo que debería leerse en ese texto es "la curvatura no se considera para la construcción, para todos los efectos prácticos lo hacemos como si el terreno fuera plano, ya que la curvatura terrestre no tiene ninguna influencia en el trazado". La palabra clave en el texto es "nominalmente" es decir, que saben que no es plano, pero lo ignoran por no ser significativo.