Prueba 115 - Las leyes existentes de la densidad y la flotabilidad explicaban perfectamente la física de los objetos mucho antes de que nombrado caballero Francmason Sir Isaac Newton concedió su teoría de la "gravedad" al mundo. Es un hecho de que los objetos colocados en medios más densos se levantan, mientras que los objetos colocados en medios menos densos se hunden. Para encajar con el modelo heliocéntrico que no tiene "arriba" o "abajo", Newton en vez afirmó que los objetos son atraídos a grandes masas y caen hacia el centro. Sin embargo, no hay ni un experimento en la historia que haya mostrado un objeto lo suficientemente masivo para, en virtud de solamente su masa, provocar a otras masas más pequeñas ser atraídas en lo que Newton afirma "gravedad" lo hace con la Tierra, el Sol, la Luna, las estrellas y planetas.
Prueba 117 - Newton también teorizó, y ahora se enseña comúnmente, que las mareas oceánicas de la Tierra son provocadas por la atracción lunar gravitacional. Sin embargo, si la Luna tiene solamente 2.160 millas de diámetro (3.474 km) y la Tierra 8.000 millas (12.000 km), el uso de sus propias matemáticas y "por ley", se deduce que la Tierra es 87 veces más masiva y, por tanto, el objeto más grande debería atraer a los más pequeños hacia ella y no a la inversa. Si la gravedad mayor de la Tierra es la que mantiene a la Luna en órbita, es imposible para la gravedad menor de la Luna reemplazar la gravedad de la Tierra, especialmente a nivel del mar, donde su atracción gravitacional estaría aún más fuera del alcance de la Luna. Y si la gravedad de la Luna realmente sobrepasase la de la Tierra provocando las mareas hacia ella, no debería haber nada que impidiese que siguiesen adelante y hacia arriba hacia su gran atractor. Prueba 118 - Por otra parte, la velocidad y trayectoria de la Luna son uniformes, y por tanto, debería ejercer una influencia uniforme sobre las mareas de la Tierra, cuando en realidad las mareas de la Tierra varían mucho y no siguen a la Luna. Los lagos de la Tierra, estanques, pantanos y otros cuerpos de agua interiores siguen estando inexplicablemente fuera de alcance gravitacional de la Luna! Si la "gravedad", atrayese realmente a los océanos de la Tierra, todos los lagos, lagunas y otros cuerpos de agua estancada deberían ciertamente tener mareas también. |
Ante todo, ¿Qué es la gravedad?:
La gravedad es la fuerza que atrae dos cuerpos entre sí, la fuerza que causa que las manzanas caigan al suelo y que los planetas orbiten alrededor del sol. Cuanta mayor masa contenga el objeto, más fuerte es su fuerza gravitacional.A nivel básico, la gravedad es simplemente la atracción entre dos masas cualesquiera. La fuerza siempre es atractiva, y la intensidad de la fuerza entre dos masas depende inversamente del cuadrado de sus distancias.
Es una de las cuatro fuerzas fundamentales, junto con las electromagnéticas, las fuertes y las débiles. Es lo que causa que los objetos tengan un peso. Cuando pierdes peso, la escala te dice cómo está actuando la gravedad en tu cuerpo actual. La fórmula para determinar el peso es: peso igual a la masa multiplicada por la aceleración de la gravedad. En la Tierra la gravedad es constante, 9.8 metros por segundo al cuadrado.
Históricamente, los filósofos como Aristóteles pensaban que los objetos pesados caían en el suelo más rápido que el resto. Sin embargo, experimentos posteriores mostraron que este no era el caso. La razón que hace que una pluma caiga más lentamente que un lingote de plomo se únicamente a la resistencia del aire.
Isaac Newton desarrolló su Teoría Universal de la Gravedad en el año 1680. Encontró que la gravedad actúa en toda la materia y que es una función de la masa y la distancia. Todo objeto atrae a otro objeto con una fuerza que es proporcional al producto de sus masas e inversamente proporcional al cuadrado de la distancia que los separa.
Las ecuaciones elaboradas por Newton funcionan extremadamente bien para predecir cómo se comportan los objetos, como por ejemplos los planetas en el sistema solar.
¿Qué causa la gravedad?
La gravedad nos mantiene flotando en el espacio, jugando un papel crucial en casi todos los procesos de la naturaleza, desde las corrientes marinas, hasta la circulación sanguínea del cuerpo. Sin embargo, ¿qué causa la gravedad? ¿Qué mecanismo hace que funcione? Los físicos cuentan con una respuesta parcial a esta pregunta. La primera persona en describir de forma comprensiva esto fue Isaac Newton.
Newton nos proporcionó los fundamentos de la física y la cinética clásica. Utilizó la ley universal de la gravedad para describir cómo funciona. Gracias a él sabemos que dos objetos cualquiera del universo ejercen una fuerza gravitatoria uno en el otro. Cuanto mayor sea la masa y más cerca están los dos objetos, más fuerte será la fuerza de gravedad. (Ver: “Un asunto de extrema gravedad”)
No obstante, esto solo describe el fenómeno en parte. Básicamente fue una descripción más detallada que aquella que tiene en cuenta que cualquier objeto sin apoyo termina cayendo. Albert Einstein se centró en describir esto en su Teoría de la Relatividad.
Einstein hipotetiza que el espacio y el tiempo fueron uno, y que sirvieron como la fábrica del universo. Estableció que la gravedad era una curvatura simple en el espacio-tiempo, creada por un objeto con una masa mucho mayor que la de los objetos de alrededor, la cual podría causar que estos de menor masa cayeran encima de este de densidad superior.
Esto describe a la gravedad a gran escala. La Ley Universal de la Gravedad de Newton establece de forma correcta que la gravedad afectada a todos los objetos con masa en el universo. En este momento entra en juego la física cuántica. La física cuántica introduce la existencia de partículas incluso más pequeñas que los neutrones, electrones y protones, para describir que parecía haber excepciones en la física clásica cuando la interacción de la materia es vista a escala micro. La física cuántica propuso una partícula teorética conocida como el gravitón, que controla la gravedad.
Esto nos proporciona nuestra comprensión actual sobre este fenómeno. La gravedad todavía continúa siendo uno de los grandes misterios de la física y el mayor obstáculo para una teoría universal, que describa de forma precisa las funciones que suceden en cada interacción del universo. Si pudiéramos comprender completamente los mecanismos que están detrás, aparecerían nuevas oportunidades en el campo de la aeronáutica y en otros.
Teoría de la relatividad
Newton publicó su trabajo sobre la gravedad en 1687, el cual reinó como la mejor explicación hasta que el propio Einstein sugirió la teoría de la relatividad general en 1915. En la teoría de Einstein la gravedad no es una fuerza, sino más bien, la consecuencia del hecho de que la materia deforma el espacio-tiempo. Una predicción de la relatividad general es que la luz se doblará a través de los objetos macizos.
A pesar de que nadie “descubrió” la gravedad, la leyenda cuenta que el famoso astrónomo Galileo Galilei realizó alguno de los primeros experimentos sobre la gravedad, dejando caer bolas desde la Torre de Pisa y observando a qué velocidad caían.
Isaac Newton tenía tan solo 23 años cuando se dio cuenta de que una manzana había caído en su jardín, por lo que comenzó a descifrar los misterios de la gravedad. (Probablemente sea un mito que la manzana cayó sobre su cabeza.)
Uno de los primeros hechos que demostró que la teoría de la relatividad de Einstein fue la flexión de la luz durante un eclipse solar el 29 de mayo de 1919.
El experimento Eddington
Un eclipse solar total ocurre cada par de años, pero son solamente visibles desde las regiones ecuatoriales. El eclipse solar del 29 de mayo de 1919 tuvo lugar por suerte frente a una brillante constelación de estrellas y dio la oportunidad perfecta para comprobar experimentalmente la nueva teoría de la gravedad de Albert Einstein, propuesta por primera vez en 1911 .
Tanto la vieja teoría de la gravedad de Newton como la nueva de Einstein predecían que la luz no viaja necesariamente en líneas rectas, sino que puede ser desviada cuando pasa cerca de algo tan pesado como el Sol. Sin embargo Einstein predecía que se desviaba más: lo suficiente como para que las posiciones aparentes de las estrellas detrás del Sol se desplazasen de forma detectable con respecto a las posiciones conocidas y verdaderas.
Desde Oxford, Arthur Eddington observó cuidadosamente la posición de las estrellas en enero y febrero de 1919. El eclipse sería visible desde ambos lados del Atlántico por lo que, para asegurarse buen tiempo en al menos en un punto de observación, Frank Dyson, el Astrónomo Real, mandó un equipo de observación a Sobral (Brasil) y a Eddington a Príncipe (São Tomé e Príncipe). Los cielos estuvieron despejados en ambas localizaciones y, durante cinco minutos en total, ambos equipos se las arreglaron para tomar varía fotografías nítidas de las estrellas.
Cuando Eddington volvió a casa y comparó las posiciones aparentes de las estrellas detrás del Sol con las reales, ambos conjuntos de datos confirmaron que la teoría de Einstein era correcta. El descubrimiento fue publicado en Philosophical Transactions of the Royal Society y en la edición del 22 de noviembre de 1919 de Illustrated London News [en la imagen].
Esta primera demostración de la teoría general de la relatividad de Einstein se considera uno de los puntos culminantes de la ciencia del siglo XX.
Refutaciones:
Las "leyes de la flotabilidad" mencionadas por Dubay en su Prueba 115, no colisionan de ninguna manera con la gravedad. Desde que Arquímedes diera a conocer el que hoy se conoce como el Principio de Arquímedes. se sabe que todo cuerpo experimenta un empuje de abajo hacia arriba (es decir, en sentido contrario al de la gravedad) igual al peso del fluido desplazado. Es curioso que el Sr. Dubay siquiera menciona la flotabilidad porque, de hecho, la derivación de la flotabilidad sólo funciona con la gravedad como condición previa:
Otro experimento sencillo de realizar es, utilizando un gravímetro, pesar un objeto con exactamente 1000 g al nivel del mar, y luego subir en una montaña y medir de nuevo. A 4 km de altitud se obtiene más o menos 998.8g. Con la disminución de la densidad del aire a mayor altitud se puede obtener un pequeño aumento por el Principio de Arquímedes). La disminución está perfectamente explicado por la gravedad que disminuye con la distancia desde el centro de gravedad al cuadrado:
Podríamos saltar y entrar en órbita como sugiere Dubay... Pues sí, si pudiéramos hacerlo con la velocidad necesaria,
La definición más elemental dice que es el camino que sigue un astro en el cielo. Cualquier astro: una galaxia, un planeta, una estrella, etc. Sucede que normalmente se interpreta como órbita la órbita de los planetas y como estamos en el Sistema Solar vamos a hablar de los planetas pero acuérdense que órbita se refiere a cualquier astro.
Vamos a ver un ejemplo muy sencillo: Imaginemos a la Tierra con una montaña enorme, cuya cima es tan alta que esta fuera de la atmósfera. En el pico hay un cañon. Con este cañón es posible disparar balas a cualquier velocidad: desde un centímetro por segundo hasta casi la velocidad de la luz. Un tiro lento hará el movimiento 1, y la bala se cae. un poco más rápido, hará el movimiento 2, y se volverá a caer. Pero, si lo hacemos con la velocidad adecuada, hará el movimiento 3, dará toda la vuelta y regresará al punto de origen
Viéndolo desde el punto de vista más físico, podemos poner como ejemplo al Sol y por el otro a un planeta. Hay una fuerza que lo está atrayendo para que se caiga hacia el Sol, que es la gravedad. Si el objeto va a cierta velocidad (lo suficientemente rápido) se genera una fuerza centrífuga (es como cuando se ata una piedra con un hilo y se la hace girar; si se corta el hilo la piedra se va porque se genera una fuerza a raíz de la velocidad). La fuerza va hacia un lado y compensa la otra fuerza. Por eso no se cae. Este ejemplo, que es un poco más científico, también sirve para explicar porqué los objetos están en órbita y no se caen. Requieren velocidad; tienen que ir muy rápido. Para que tengan una idea, para obtener una órbita circular de una vuelta en la Tierra el objeto tiene que ir a 8 kilómetros por segundo, que es una velocidad importante.
En realidad, se trata de un doble juego de fuerzas: si no quiero que el objeto se caiga tiene que ir a una determinada velocidad. Si el objeto va a menor velocidad, se cae; si va a la velocidad necesaria se mantiene y si va a mayor velocidad de la requerida se alejará.
El Sputnik, el primer satélite, también tardó alrededor de una hora y media en dar una vuelta a la Tierra. El transbordador espacial puede volar entre 200 y 600 kilómetros, depende de la carga que lleve. La estación espacial internacional está aproximadamente a 400 kilómetros. La altura de satélites y naves es muy variable. La ISS está a 400 km, pero hay satélites más bajos y otros más altos, tan lejos como 2.000.000 de km. Los geoestacionarios, por ejemplo, están a 36.000 km de altura; la red de satélites Iridium de telefonía satelital orbitan a casi 800 km de altura y la red de satélites GPS están a 20.000 km de altura.
Y, ya que hablamos de las mareas, veamos la Prueba 118. Tenemos tres puntos que señalar respecto de ella: La órbita de la luna no es uniforme. Su distancia oscila entre 363.000 kilómetros y 405.000 kilómetros.
3) Una masa de agua tiene que ser lo suficientemente grande como para que sea notable. Grandes lagos tienen mareas de unos pocos centímetros, pero casi son imperceptibles. (Ver "Demostración VI de la tierra esférica")