martes, 14 de mayo de 2019

Marte en Canadá

Por enésima vez me he topado con una publicación en la que se denuncia que las imágenes de la NASA de marte son todas falsas y que en realidad esas fotografías fueron tomadas en la Isla Devon en Canadá. Ya me cansaron.

"Hay un número cada vez mayor de personas que piensan que el vehículo de Marte Curiosity Mars de la NASA nunca abandonó la Tierra en primer lugar.
En realidad, las imágenes que la NASA supuestamente está recibiendo de 'Marte' se toman en áreas remotas de nuestro planeta, por ejemplo, desde la isla Devon, Canadá.
Las misiones de Marte son solo una continuación de los engaños del aterrizaje de la Luna" (extraído de un sitio negacionista, elegido al azar)
La isla de Devon, en la bahía de Baffin, perteneciente al Archipiélago Ártico Canadiense, es la mayor isla deshabitada en la Tierra, y por buenas razones. El suelo permanece congelado durante casi todo el año, sobre todo el tercio oriental de la isla, que está permanentemente cubierto por una capa de hielo de unos 5 a 7 metros de espesor. Por un breve período, con una duración de 45-50 días, durante la temporada de verano, el suelo está libre de nieve. Durante esta época, la temperatura se sitúa alrededor de los 8°C, siendo la temperatura media anual es de -16°C.


Devon Island es hogar del cráter Haughton. Allí se encuentra el sitio del Haughton Mars Project de la NASA. Su ubicación está aislada del resto del mundo y continúa existiendo como si estuviera ubicada en otro planeta.

En resumen, la isla de Devon es una tierra estéril, dominada por rocas heladas, y casi desprovista de plantas y animales. Pero para los científicos e investigadores, Devon es un lugar muy interesante. Su entorno desierto y la dureza del clima es muy similar a las condiciones en Marte.

Por lo tanto, ningún ser humano se atreve a establecerse en esta tierra, aunque los astronautas que se preparan para las misiones a Marte hacen visitas ocasionales a la isla de Devon para acostumbrarse a las condiciones extraterrestres.

Los investigadores han probado robots, trajes espaciales, taladros y otros objetos en la isla de Devon que ayudarían a prepararse para futuras misiones a Marte.

La tierra no mapeada y el entorno brutal de la isla de Devon permiten que la tripulación espacial pruebe lo que sería aterrizar en un lugar donde nada es predecible.



Y cómo se han enterado los guerreros anti-sistema que marte es, en realidad, la isla Devon en Canadá? Años de paciente investigación, en la Deep Web? Tal vez analizando documentación clasificada obtenida vaya uno a saber cómo?

No.

La simple verdad es que toda la información que los guerreros del anti-sistema denuncian, puede ser revisada en el sitio web de la NASA, junto con cientos de fotografías!


Prestaron atención a la fecha? Año 2013. Y los "despiertos"acaban de descubrirlo... Las imágenes que siguen, son anteriores!


Por supuesto, Algún deshonesto TP edita estas imágenes agregándoles un filtro de color y las publica como "las fotos falsas con las que la NASA quiere engañarnos". PATÉTICO.


martes, 7 de mayo de 2019

Astronomía Zetética (S. Rowbotham) Capítulo XIV: Asar ganso con fuego rotatorio.

Asar ganso con fuego rotatorio.

Como ejemplo del dilema lógico producido por la teoría y la falsa doctrina, se puede mencionar que cuando se demuestra por la evidencia más directa y práctica de que la Tierra está estacionaria, y que el Sol y las estrellas se mueven sobre su superficie en caminos concéntricos, de inmediato, e independientemente de todas las consideraciones, excepto la defensa de la opinión y la hipótesis, se pone el grito en el cielo. ¿850.000 millas (1.397.650 km) de diámetro, deberían girar en torno a una simple mota como la tierra? Si, al asar un ganso, clavamos firmemente el espeto en el suelo mientras el fuego se las apaña para dar vueltas a su alrededor, ¿No sería una locura un hecho semejante? ¿Y el gran sol que gira alrededor de la pequeña e insignificante tierra no sería tan tonto e improbable? El autor de un folleto recientemente publicado avanza el tema un poco más sabiamente, quizás, en las siguientes palabras:
"Es cierto, a partir del cambio en la apariencia de los cielos estrellados en diferentes estaciones del año, que el sol se mueve alrededor de la tierra una vez en doce meses, o la tierra alrededor del sol. Después de lo que hemos averiguado de la enorme magnitud del sol en comparación con la tierra, 850.000 contra menos de 8.000 millas, estaremos preparados para admitir que es infinitamente más razonable que la pequeña y oscura Tierra se mueva alrededor del gran y glorioso sol, que el de que ese magnífico y auto-luminoso globo debe girar alrededor de nuestro pequeño, y Comparativamente insignificante, planeta. Sería, según el antiguo símil hogareño, hacer que toda la chimenea, la cocina y la casa giren en torno a la carne ".
Otro escritor (Arago) dice:
"“En primer lugar, al comparar la tierra no podríamos hacerlo simplemente con los otros globos de nuestro sistema solar sino con la infinidad de estrellas que, como hemos visto, no son más que otros soles al menos tan grandes como el nuestro, y probablemente sean el centro de sus propios sistemas planetarios. Debemos admitir que, de ser así,  la tierra no es más que un punto imperceptible cuando la comparamos con estas enormes masas y sin ninguna duda seria absurdo que un átomo fuera el centro rodeado de tal cantidad enormes esferas que circulando a su alrededor. Nuestro asombro aumentaría enormemente si pensamos en la increíble velocidad a la cual esos cuerpos deberían moverse para describir, en tan corto lapso de tiempo, tales círculos inabarcables, y como la velocidad debe aumentar con la distancia, sería necesario admitir que la tierra atrae a todas las estrellas con una fuerza mayor cuanto mayor es la distancia que la separa de ellas. Debemos por tanto abandonar una noción que nos conduciría a tales conclusiones y cuestionarnos a nosotros mismos si esta aparente revolución de los cielos podría ser el efecto de una ilusión de nuestros sentidos. De este modo somos conducidos a suponer que es la tierra la que se mueve, y siendo esta suposición admitida, el fenómeno será explicado de manera lógica y sencilla”..
El único argumento contenido en los comentarios anteriores es el que se basa en la analogía y la probabilidad. Ciertamente, parecería muy tonto, y contrariamente al genio creativo y la consistencia para hacer un cuerpo de 850.000 millas (1.397.650 km) de diámetro, y, a una distancia de 91.000.000 de millas (146.419 km), moverse alrededor de un objeto de 8.000 millas (12.872 km) de diámetro, simplemente con el propósito de darle luz y calor, y causando día y noche. Pero cuando se demuestra que tal distancia y magnitud son puramente extravagantes, que el sol está a solo unos cientos de millas de la tierra y, por lo tanto, es el objeto más pequeño, todas esas nociones de mal gusto y tales razonamientos falsos deben caer al suelo.


Como bien señala el autor del libro, es muy poco práctico hacer girar toda la casa alrededor de la infortunada ave para asarla. El caso es que Rowbotham parte decididamente desde al idea de que todo es parte de un diseño, y arriba a la conclusión de que no es lógico que un sol tan enorme gire alrededor de un cuerpo tan pequeño como nuestra tierra, por lo que descarta completamente la idea, asumiendo que el sol no es tan grande y sostiene, tramposamente,  que está "demostrado" que la tierra es estática y, en consecuencia, el sol está muy cerca y que es pequeño.

Al partir desde una premisa falsa, obtiene conclusiones equivocadas. Utilizando como punto de partida una tierra estática en un contexto geocéntrico, sin detenerse ni por un momento a considerar la posibilidad de que tal premisa sea incorrecta, solo puede llegar a un resultado erróneo.

Lo que es incomprensible es que en la actualidad haya cierto número de personas que se aferren a las afirmaciones completamente obsoletas de este libro, y que pretendan utilizarlo para respaldar sus creencias acerca de que todo lo que la ciencia nos ha enseñado -y nos ha mostrado- es falso; todo en nombre de una fabulosa conspiración en la que interviene media humanidad para ocultarle la verdad a la otra mitad, a través de los siglos.


lunes, 6 de mayo de 2019

Astronomía Zetética (S. Rowbotham) Capítulo XIV: Los ferrocarriles y la fuerza centrífuga de la Tierra

Los ferrocarriles y la fuerza centrífuga de la Tierra.
"Otra prueba del movimiento de rotación de la Tierra se ha manifestado desde la introducción de los ferrocarriles. En los ferrocarriles que se extienden hacia el norte y el sur en el hemisferio norte, se encuentra que hay una mayor tendencia en los vagones a correr fuera de la línea, más a la derecha que a la izquierda, de una persona que procede del norte al sur, o del sur al norte en el hemisferio norte. Y este es el caso en todas las partes del mundo en líneas de ferrocarriles colocadas de esa manera, ya sea que sean largas o cortas."
La cita anterior es principalmente la afirmación, el autor no da pruebas de su declaración y, por lo tanto, cualquiera tiene el derecho de contradecirlo sin dar sus razones. Es cierto que los escritores, en su ansiedad por proporcionar algún tipo de evidencia práctica en apoyo de su teoría del movimiento diurno, han expresado ocasionalmente sus pensamientos sobre este tema en revistas locales, pero parecen no estar seguros de si los pocos casos a los que se han referido, son realmente tales que satisfarían a cualquier investigador científico. El autor ha realizado muchas consultas a hombres prácticos conectados con varios de los principales ferrocarriles que se ejecutan al norte y al sur en Gran Bretaña, pero nunca ha recibido ninguna confirmación de tal idea. En más de un caso, los hombres más prácticos, algunos que han corrido cientos de millas todos los días durante muchos años, han sonreído casi con desdén al escuchar que tal idea había entrado alguna vez en la cabeza de cualquier persona razonadora.

Ciertamente se ha encontrado que en algunos lugares los vientos prevalecen en una dirección más que en otra, y en tales momentos se ha observado una tendencia a la desviación; pero se ha observado casi tan a menudo en una dirección como en otra, y por lo tanto, la posibilidad de cualquier influencia que surja de la rotación terrestre se considera simplemente como un sueño. Si la Tierra realmente se mueve sobre su eje, los objetos en movimiento en su superficie manifestarían un inconfundible grado de desviación desde una línea derecha que corre hacia el norte y el sur; pero nada de este tipo es prácticamente observable, por lo tanto, la Tierra no se mueve diariamente. Así, como siempre, la teoría, cuando se opone a los hechos, debe, tarde o temprano, extinguirse.


A pesar de haber buscado con cuidado, no he podido hallar ninguna referencia a este hecho, que de ninguna manera tiene sentido. La fuerza centrífuga producida por la rotación terrestre, debería jalar al tren hacia arriba, independientemente de la circunstancia que el tren se desplace de norte a sur o viceversa,  no desviarlo hacia un costado.


El cualquier caso, el efecto referido quizás podría ser asociado con el efecto Coriolis, pero la magnitud de tal influencia sería absolutamente despreciable, en ningún caso podría afectar de manera alguna a un tren. De todo esto, la única conclusión que podemos extraer, es el absoluto desconocimiento de  Rowbotham sobre el tema (y de cualquier otro relacionado con la forma de la tierra o sus propiedades). Por lo expuesto, no abundaremos en el tema.