Ya desde el inicio afirma Rowbotham que la planitud de la tierra está demostrada, por lo que no toma en cuenta la curvatura terrestre al hacer las observaciones.
Tomando como referencia la línea Londres Brighton hace sus cálculos:
Determina la altura del sol en Londres en 64º y en 61º para Brighton. Con esos datos, calcula que la vertical del sol se encuentra a 400 millas (643 km) al sur de Londres a una altitud de 700 millas (1126 km). Veamos entonces dónde estaba el sol el 13 de julio de 1870
Resulta entonces que el sol se encontraba justo encima de la localidad de Foussignac, en Francia, la que está sobre la latitud 45°42′N.
Esto deja al sol fuera de los límites impuestos por los trópicos. Esto ya es suficiente para concluir que hay un error muy grave en el cálculo que ha realizado. Por la fecha (13 de julio) sabemos que el sol debería hallarse aproximadamente en el primer tercio de su recorrido entre el Trópico de Cáncer y el ecuador, a varios miles de kilómetros de la ubicación estimada por Rowbotham.
Además, la diferencia entre la latitud de Foussignac y la de Buenos aires es de 80.3 grados, lo que equivale a 5545 millas o 8923 km. Otras ciudades como Montevideo o Ciudad del Cabo están ubicadas en latitudes similares. Si el cálculo de Rowbotham estuviera acertado, el mediodía de mediados de julio en esas latitudes nos mostraría al sol apenas 7º por sobre el horizonte, según se puede apreciar en el siguiente diagrama:
Obviamente, tal cosa no ocurre, lo que corrobora la inexactitud de las afirmaciones hechas por Rowbotham. Sobre la imagen siguiente podemos apreciar lo antedicho en conjunto:
Aristarco realizó también un heroico intento por determinar la distancia Tierra-Sol. El método geométrico que usó era absolutamente correcto en teoría, pero implicaba la medida de diferencias tan pequeñas en los ángulos que, sin el uso de los instrumentos modernos, resultó ineficaz para proporcionar un valor aceptable. Según esta medición, el Sol se hallaba unas 20 veces más alejado de nosotros que la Luna (cuando, en realidad, lo está unas 400 veces más). En lo tocante al tamaño del Sol, Aristarco dedujo, aunque sus cifras fueron también erróneas- que dicho tamaño debía de ser, por lo menos, unas 7 veces mayor que el de la Tierra, señalando a continuación que era ilógico suponer que el Sol, de tan grandes dimensiones, girase en tomo a nuestra pequeña Tierra, por lo cual decidió, al fin, que nuestro planeta giraba en tomo al Sol.
En 1650 (mucho antes de que existiera la NASA), el astrónomo belga Godefroy Wendelin, repitiendo las observaciones de Aristarco con instrumentos más exactos, llegó a la conclusión que el Sol no se encontraba a una distancia 20 veces superior a la de la Luna (lo cual equivaldría a unos 8 millones de kilómetros), sino 240 veces más alejado (esto es, unos 97 millones de kilómetros). Este valor era aún demasiado pequeño, aunque a fin de cuentas, se aproximaba más al correcto que el anterior.
Kepler |
En 1673, el método del paralaje dejó de aplicarse exclusivamente a la Luna, cuando el astrónomo francés, de origen italiano, Jean-Dominique Cassini, obtuvo el paralaje de Marte. En el mismo momento en que determinaba la posición de este planeta respecto a las estrellas, el astrónomo francés Jean Richer, en la Guinea francesa, hacía idéntica observación. Combinando ambas informaciones, Cassini determinó el paralaje y calculó la escala del Sistema Solar. Así obtuvo un valor de 136 millones de kilómetros para la distancia del Sol a la Tierra, valor que, como vemos, era, en números redondos, un 7 % menor que el actualmente admitido. Desde entonces se han medido, con creciente exactitud, diversos paralajes en el Sistema Solar. En 1931 se elaboró un vasto proyecto internacional cuyo objeto era el de obtener el paralaje de un pequeño planetoide llamado Eros, que en aquel tiempo estaba más próximo a la Tierra que cualquier otro cuerpo celeste, salvo la Luna. En aquella ocasión, Eros mostraba un gran paralaje, que pudo ser medido con notable precisión, y, con ello, la escala del Sistema Solar se determinó con mayor exactitud de lo que lo había sido hasta entonces. Gracias a estos cálculos, y con ayuda de métodos más exactos aún que los del paralaje, hoy sabemos la distancia que hay del Sol a la Tierra, la cual es de 150.000.000 de kilómetros, distancia que varía más o menos, teniendo en cuenta que la órbita de la Tierra es elíptica, al igual que la del resto de órbitas de todos los planetas de nuestro Sistema Solar
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Espero pacientemente a que llegues al capítulo 9: Causa de la salida y la puesta del Sol, donde se inventa la ley de perspectiva terraplanista, que carece de formulación, pero que viene a decir que los objetos que se alejan a su vez bajan hacia el horizonte, según dicha ley (que repito, carece de formulación) el Sol al estar más lejos de Londres que de Brighton, debería bajar más hacia el horizonte en Londres, y como dicha bajada no ha sido tenida en cuenta en el cálculo, porque la ley de la prespectiva no tiene formulación matemática, el cálculo está enteramente mal, según su teoría claro.
ResponderBorrarEste es Rowbotham, alguien que ni siquiera tiene coherencia interna en lo que escribe, porque ignora en la página 83 lo que más adelante "explicará" en la 103, debe ser que ni él mismo cree en sus teorías.
ABSOLUTAMENTE NADIE TE OBLIGA A CREER CADA QUIEN TENDRA SU PROPIA OPINION
BorrarASI COMO TU NO CREES EXISTE MUCHISIMAS MAS PERSONAS QUE SI
¿Desde cuándo la verdad es cuestión de creencias y opiniones? Puedo elegir creer en unicornios rosas, pero eso no hace que sean reales. Lo mismo sucede con la Tierra plana.
BorrarNadie te obliga a creer punto cada quien tendra su propio juicio
ResponderBorrar¿Así que "CREER"? Vaya! XD
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